Los granadinos no quieren ser pastores. Ni esquiladores. Y lo que suena más extraño, tampoco deportistas profesionales. O más bien habría que decir que, si quieren serlo, no reúnen los requisitos. El caso es que sea por la razón que sea en cada una de ellas, 28 profesiones tienen problemas para cubrir las vacantes de puestos de trabajo, según se extrae del Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura que elabora el Instituto Nacional de Empleo (Inem).
Este documento, editado trimestralmente, enumera las ocupaciones en las que los servicios públicos de empleo encuentran dificultades para gestionar las ofertas de los empleadores en cada provincia. Y claro está que si se necesita un calderetero en Granada, pero no es posible encontrar uno disponible dentro del país, hay que buscarlo fuera. Por ello, la lista supone para los contratadores la posibilidad de tramitar directamente la autorización de residencia y trabajo para un extranjero que pueda cubrir el puesto.
Así sucede con las empresas que demandan vigilantes de seguridad, entrenadores deportivos o ensambladores de productos metálicos. Aunque la gran mayoría de los puestos que cuesta cubrir está relacionada con el sector naval, desde oficiales radioelectrónicos de la marina mercante hasta mozos de cubierta, pasando por pilotos de buque, engrasadores de máquinas de barco y también camareros, cocineros o azafatas dispuestos a dejar la tierra firme para trabajar a bordo de un barco. Cualquier extranjero que esté interesado en obtener un contrato en alguna de estas profesiones y que esté capacitado para ello tendrá el camino más fácil.
Para el resto de profesiones, las que no están en el Catálogo, es necesario que la empresa que ofrece el trabajo presente antes una oferta en la oficina de empleo y obtenga una certificación de que no hay ningún demandante de empleo inscrito que esté disponible para cubrir el puesto. Hasta ahora, en lo que va de año se han autorizado de esta forma 203 contratos para ocupaciones muy diversas, desde un médico rehabilitador hasta empleados del hogar, pasando incluso por matemáticos, según los datos del Servicio Andaluz de Empleo (SAE).
Por supuesto, no es ésta la única vía de acceso de los extranjeros al mercado laboral español. También muchos entran a través del sistema de contingentes estables o temporales. De los primeros, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales adjudicó a Granada 98 puestos de trabajo para el 2007. De ellos, 50 corresponden al sector agrícola (pastores), 36 a la construcción (albañiles, encofradores, soldadores, alicatadores, conductores y operarios de maquinaria), 10 a la hostelería (cocineros y camareros de pisos) y 2 al comercio (dependientes de carnicería). Además, se preveían dentro del contingente 10 visados de búsqueda de empleo. Aparte quedan aquellos que acceden al trabajo dentro de contingentes de temporada, de los que este año han sido autorizados 790 puestos, fundamentalmente para peones agrícolas.
Sumando los contingentes y los contratos autorizados por el momento, este año ya son casi 1.100 los extranjeros que vienen a realizar trabajos en la provincia que los de aquí no quieren o no pueden desempeñar, y en 2006 fueron más de 1.200. Los motivos por los que no se puede atender la oferta con los inscritos en los servicios públicos de empleo son diversos. En muchas ocasiones el escaso atractivo de la profesión está relacionado con la dureza del trabajo o con su localización geográfica, lo que hace que abunden los puestos que implican el trabajo en alta mar o en zonas rurales, por ejemplo. En otros casos, es la especifidad del trabajo lo que convierte en difícil la tarea de encontrar gente adecuada para cubrir los puestos.
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