Las personas con titulación universitaria perciben salarios al menos un 25% superiores a los de quienes sólo han terminado estudios secundarios de segundo ciclo en todos los países de la OCDE, y su riesgo de estar en el desempleo es muy inferior.
Estas son algunas de las conclusiones del informe anual sobre la educación de la OCDE, en el que también se destaca que el aumento de la proporción de personas con estudios superiores no ha supuesto una degradación de las condiciones salariales de éstos ni han acarreado mayor desempleo para los que carecen de este nivel de formación.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la tasa de desempleo de los que han finalizado estudios terciarios es siete puntos porcentuales menor que la de quienes no han pasado del segundo ciclo de secundaria y cinco puntos inferior a la de quienes han terminado la secundaria.
Entre las generaciones más jóvenes, son más numerosos los que han realizado estudios terciarios, y así representan un 32% en el grupo de 25 a 34 años, frente al 19% en el que va de 55 a 64 años.
Los autores del estudio subrayan que ese progresión de los estudios universitarios en los 30 países miembros de lo que se conoce como el 'club de los países desarrollados' no se ha traducido en una mayor marginación laboral o salarial de quienes no han llegado a ese nivel de formación.
Apuntan como posible razón el hecho de que la elevación del nivel general de formación de la población favorece no sólo el crecimiento económico, sino también la igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo.
De hecho, entre 1995 y 2004 la tasa de desempleo disminuyó más (o creció menos) en los países en los que hubo una progresión más fuerte de los efectivos de estudiantes universitarios.
En el informe también se desmiente la hipótesis de que la subida de la proporción de personas con titulación universitaria acarree un mayor riesgo para éstos de estar en paro o de sufrir una caída de su remuneración como grupo.
No obstante, se reconoce que de ahí no se puede deducir que esos titulados universitarios ejerzan empleos adecuados a sus competencias, pero sí que no se han reducido las ventajas de su posición educativa a causa de la masificación de los estudios terciarios.
La OCDE puntualiza que para la evolución del paro, las dos variables que la determinan son la tasa de crecimiento económico de un país y su productividad, al margen de la proporción de titulados universitarios.
El impacto positivo del crecimiento económico afecta más a quienes carecen de títulos universitarios, tal vez porque cuando la coyuntura es mediocre las empresas prescinden antes de ellos que de los más cualificados, de acuerdo con el informe.
La OCDE está convencida de que la demanda de educación seguirá aumentando tanto en términos cuantitativos como cualitativos, lo que debe traducirse en 'ganancias sustanciales' de salarios y de productividad.
Los autores del informe analizan varios modelos de financiación de esta creciente demanda de estudios terciarios, y así identifican la pauta de los países nórdicos en los que se lleva a cabo con inversión pública, distinta de la de Estados como Australia, Corea del Sur, Japón, Nueva Zelanda o el Reino Unido, donde se ha optado por transferir una parte de la carga financiera a los estudiantes.
Los análisis de la organización muestran que con el mismo nivel de gasto hay margen para mejorar un 22% de media los resultados del sistema escolar, y en el caso de la enseñanza terciaria eso implica crear una red duradera de centros diversificados y de gran calidad, dar libertad para satisfacer la demanda y obligar a las instituciones educativas a responder de sus resultados.
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