El trabajo no declarado es una práctica extendida en la Unión Europea (UE), afecta especialmente a los países del sur y este de Europa, se concentra en sectores como la construcción y el servicio doméstico y en segmentos de la población como estudiantes, parados y trabajadores autónomos. Un fenómeno cuyo volumen, según explicó ayer el comisario de Empleo y Asuntos sociales, Vladimir Spidla, podría servir para "sanear la situación de la Seguridad Social" de muchos países y "equilibrar los presupuestos". Para afrontarlo, Bruselas recomienda a los gobiernos una bajada de impuestos, la fijación de un salario mínimo y más control de las autoridades.
Las recetas figuran en un nuevo informe que sugiere la reducción de la fiscalidad sobre el trabajo y la disminución de las cargas administrativas para incentivar la creación de empleo legal y facilitar la afiliación de los trabajadores. También recomienda a los gobiernos europeos la fijación de un salario mínimo que ayude a reducir las prácticas de sueldos en mano e insta a revisar antes del 2009 las disposiciones transitorias que limitan la movilidad de los trabajadores de los nuevos estados miembros de la UE.
Por último, propone la posibilidad de crear una plataforma europea de cooperación entre los inspectores de trabajo de los Veintisiete y otros organismos de control para erradicar el trabajo en negro. "Es un fenómeno que no se puede justificar y que afecta al sistema económico y social europeo. Es un agujero en las finanzas públicas que perjudica también a las empresas porque es una forma de competencia desleal", explicó ayer Spidla, que considera esencial abordar otras cuestiones como la del "falso autónomo".
La alerta lanzada es una pequeña muestra de una realidad difícil de cuantificar que, según un estudio utilizado por Bruselas, podría suponer hasta el 20% del PIB en algunos países del sur y este de Europa.
EUROBARÓMETRO
Además, según el eurobarómetro sobre el trabajo no declarado presentado también ayer, el 5% de los europeos admite haber realizado algún trabajo en negro en los últimos 12 meses. Un porcentaje que oscila entre el 1% de Chipre y el 18% de Dinamarca. En el caso de los españoles solo el 3% de los encuestados respondió afirmativamente, aunque el 5% admitieron que parte de su sueldo o el conjunto del mismo llegó a través de "un sobre". La misma encuesta revela que el 11% de los europeos compró algún producto o servicio en el mercado negro, especialmente en sectores como la venta al por menor, los servicios domésticos y la construcción.
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