En 2006, hubo un total de 324.300 personas que trabajaron a tiempo parcial porque cuidaron a personas dependientes, y de ellas el 96 por ciento fueron mujeres. Así lo reflejan los datos detallados de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente a 2006, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La mitad de estas 324.300 personas señalaron que la causa principal de trabajar a tiempo parcial era no disponer de servicios adecuados (bien en cuanto a coste o a calidad) para atender a las personas dependientes, ya fueran niños o adultos.
Por tanto, el cuidado de los dependientes sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres, concluye el Instituto Nacional de Estadística. Este corte de la EPA resalta que en el mercado laboral español, siete de cada diez trabajadores tiene jefe, pero no subordinados. Además, el 9,3 por ciento de los trabajadores son independientes -sin jefes ni subordinados-; el 8,6 por ciento son encargados; el 6,6 por ciento directores de empresas pequeñas, departamento o sucursal; y sólo el 1,1 por ciento es director de empresa grande o media. Por sexo, destacan "claras diferencias" dado que entre los empleados el 76,6 por ciento son mujeres frente al 63,1 por ciento de hombres, mientras que el porcentaje de encargados o directores de pequeña empresa duplica prácticamente al de mujeres. En el puesto de director de empresa grande o media el porcentaje de varones triplica al de mujeres (1,5 por ciento frente a 0,5 por ciento).
En cuanto a la orientación formativa para encontrar empleo, la EPA afirma que un 80 por ciento de los jóvenes que han cursado estudios de secundaria superior (bachillerato y Formación Profesional) en ciencias, salud, servicios, industria manufacturera y construcción han logrado un empleo. Considerando a los jóvenes de 16 y más años con un nivel de estudios de, al menos secundaria superior, se observa que los grupos en los que la población se concentra más son los que han seguido programas de formación básica (prácticamente sólo bachillerato), con un 29,3 por ciento. Por sexo, los varones presentan tasas de actividad superiores al 80 por ciento en todos los sectores formativos. En cambio, las tasas de actividad de las mujeres sólo superan el 80 por ciento en ciencias, salud y servicios sociales, soportando cifras de paro más altas en la mayoría de las áreas laborales.
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