Oleg Beakhovsky es ingeniero en mecánica. Tiene la formación necesaria para diseñar los más complicados motores pero por ahora trabaja arreglando coches en un taller de Mérida. Este ucraniano es un ingeniero a precio de mecánico y viene a engrosar las cifras que indican que la mayoría de los extranjeros que acaban en la provincia ocupan puestos en la construcción, el campo, la hostelería u otros sectores que no requieren cualificación especializada.
Son la minoría pero hay personas que llegan a Badajoz con un título debajo del brazo. Un diploma que tiene que pasar por una homologación del Ministerio de Educación y que si tiene resolución puede tardar más de un año en ser efectiva. Así que por toda la provincia es fácil encontrar médicos cubanos que cuidan a mayores, abogados ecuatorianos que sirven copas o veterinarios bolivianos que ordeñan vacas.
La gran mayoría de la población inmigrante viene, no obstante, casi sin formación. De los alrededor de 10.000 contratos que se hicieron a extranjeros en 2006, 3.800 eran para puestos que no requieren cualificación. Todo esto según los datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, pero estos números no incluyen a esos otros inmigrantes que trabajan pero que no son dados de alta en la Seguridad Social.
La parcela laboral que más recurre a este sistema son los empleados domésticos. Según María Gemio, presidenta de la asociación 'Todos iguales, todos legales' en Extremadura, es de los sectores que más actividad mueve dentro de la población inmigrante de Badajoz. Esta agrupación cuenta con una bolsa de trabajo en la que se busca una salida profesional a los foráneos.
'En los años que llevamos habremos colocado a cientos de personas para que cuiden sobre todo a mayores. Es en algo que la asociación trabaja todos los días', concreta Gemio. La asociación se encarga de unir a personas que necesitan un trabajo con otras que requieren que alguien les cuide o les atienda la casa. De esta manera, 'los inmigrantes cubren las necesidades de muchos mayores, que si no llega a ser así estarían solos', explica Gemio, reconociendo que en muchos casos se trate de contrataciones ilegales. El segundo destino más usual de los que encuentran ocupación a través de la bolsa de trabajo de 'Todos iguales, todos legales' es el campo, seguido por la construcción y la hostelería.
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