España deberá crear 430.000 puestos anuales hasta 2010 y para ello será crucial abandonar el cuarto peor puesto en mujeres ocupadas.
España está todavía lejos de cumplir los objetivos laborales fijados por la Unión Europea (UE) para el ejercicio 2010, que prevén que siete de cada diez personas en edad de trabajar estén ocupadas y seis, en el caso de las mujeres.
Pese al espectacular aumento de la ocupación y una importante rebaja de la tasa de paro, que se sitúa en el menor nivel de los últimos 29 años, será necesario crear en apenas tres años un mínimo de 1.300.000 puestos de trabajo. Para lograr la ocupación femenina prevista por Bruselas, será necesario incorporar 790.000 nuevas trabajadoras al mercado, que deberán ser más teniendo en cuenta que la población también aumentará.
Sin ser imposible lograr este objetivo, que implica generar 430.000 empleos anuales frente a los 670.000 que se han creado de media en los últimos ocho años, tampoco será una tarea fácil. El mercado de trabajo deberá enfrentarse a la desaceleración económica, ya no podrá recurrir a la inmigración y deberá asumir el serio reto de la plena incorporación de la mujer a la vida laboral.
El vicepresidente Pedro Solbes, pese a los que más que previsibles tiempos difíciles, se ha marcado como meta crear en este periodo 1,2 millones de puestos de trabajo y situar la tasa de paro en el 8%. Mientras, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se muestra todavía más confiado y aspira a crear dos millones de puestos en la próxima legislatura y reducir la tasa de desempleo al 7%.
Según destaca un reciente informe publicado por el IESE-Adecco, España tiene una tasa de empleo del 65,8%, similar a la media europea. Sin embargo, registra las mayores diferencias entre las tasas de empleo masculina 76,6% (la cuarta mayor) y femenina, un 54,8% (la cuarta menor). Y ahí está el problema y el objetivo a alcanzar mediante políticas que permitan incorporar a la mujer al mundo laboral.
Resultará fundamental en los próximos años potenciar el trabajo a tiempo parcial, que permite la conciliación laboral y familiar y que es especialmente interesante para las mujeres. España registra en Europa las peores tasas de ocupados a tiempo parcial, con apenas 12 de cada cien, frente a los 19 de media, y esta modalidad se sigue utilizando en nuestro país como un sustituto al empleo temporal.
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