El Fondo de Reserva de la Seguridad Social, que se estima sobre los 40.000 millones de euros, podría cubrir el déficit del sistema de pensiones durante aproximadamente diez años a partir del primero en que los ingresos contributivos fueran insuficientes, según los cálculos de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). Lo preocupante del caso es que la fecha en que el sistema de pensiones puede empezar a hacer aguas no está nada lejos: entre 2011 y 2015 se podrían empezar a detectar los primeros síntomas de déficit entre lo recaudado de los contribuyentes y lo ingresado en cuentas de pensionistas.
Hacia 2050 España podría convertirse en uno de los países más envejecidos del mundo, con 14,5 millones de personas de 65 o más años. Las pensiones de este 34% de la población se deberán pagar con los impuestos que se recauden de los trabajadores en activo, que poco a poco serán el mismo volumen de población que los pensionistas.
Con una relación de 1 a 1 dentro de cincuenta años aproximadamente, los escenarios de futuro en cuanto a pensiones presentan una de las grandes incógnitas para el ciudadano, y uno de los grandes retos para la administración. Y es que las cifras a las que apuntan los expertos son preocupantes: hacia 2050, la deuda acumulada del sistema podría ascender a 1,83 veces el PIB de 2004; y el gasto en pensiones contributivas se incrementaría desde el 7,7% en 2004 hasta el 17,9%.
Según el artículo de Maria Jesús Sáez, Interventora General de la Seguridad Social, y David Taguas, subdirector del Servicio de Estudios del BBVA, en la revista de Funcas, “los sistemas de seguridad social no tienen que ser uniformes a lo largo del tiempo, ni tampoco entre las diferentes economías”. Pero, ¿qué opciones existen para evitar el colapso?
Sensibilizar al ciudadano
No hay duda de que el actual sistema de seguridad social necesita una reforma para poder afrontar los retos que se le acercan aceleradamente. No obstante, la mayoría de los ciudadanos no son conscientes de la necesidad de este cambio. Según los últimos sondeos del CIS, “sólo entre el 2% y el 5% de los encuestados cree que las pensiones son uno de los tres problemas más importantes que tiene España”. Teniendo en cuenta que la concienciación de los ciudadanos es un paso previo para emprender una reforma en cuestiones tan sensibles como la jubilación y las pensiones, Sáez y Taguas proponen la creación “de una Oficina Presupuestaria del Congreso, similar a la existente en Estados Unidos”. Se trataría de un organismo independiente del poder ejecutivo, que contara con “reputación suficiente para poder ejercer la tarea de elaboración y difusión de información pública”.
Ampliación de la vida laboral
La mayoría de países europeos comparten con España la necesidad de reformar el sistema de pensiones para que éste resulte competitivo en el contexto actual. En Italia o Suecia ya se han implementado algunas reformas estructurales del sistema de seguridad social para hacer frente a la creciente incapacidad de las arcas públicas para sufragar las pensiones. Otras reformas, como la que actualmente se debate en Alemania, responden a un paulatino retraso en la edad de jubilación, atendiendo a la mayor calidad y esperanza de vida de los trabajadores en el contexto actual.
Luis Garrido, catedrático de la UNED, añade una argumentación a este planteamiento. En su opinión, “la edad mediana de ingreso en el trabajo se ha retrasado seis años entre los nacidos en 1940 y los que nacieron en 1986, pasando de 14 a 20 años. Esta diferencia justificaría posponer la edad de jubilación en seis años para los que hoy cumplan 20 años, de forma que para estar el mismo tiempo en el mercado productivo deberían jubilarse a los 71 años”.
El impacto de esta medida se podría medir sobretodo en términos de la tasa de dependencia, que se reduciría hasta el 0,39 desde el 0,53 que se calcula actualmente para dentro de cincuenta años. Como consecuencia, el gasto en pensiones sería del 13,7%, en lugar del 17,9% del PIB que se prevé para esas fechas.
Reajuste del cálculo de pensiones
Otra de las medidas más demandadas para minimizar el impacto demográfico en el sistema de pensiones es ampliar el plazo para calcular la pensión en el momento de la jubilación. Ahora, las cifras surgen del cómputo de los últimos 15 años laborales del trabajador. Si se calculara la pensión a partir de toda la vida laboral, ello supondría un recorte medio de la cuantía de las nuevas pensiones del 15%, y rebajaría el déficit del sistema a 1,15 veces el PIB en 2050, desde el 1,83 que marcan las previsiones si seguimos con el sistema actual.
Sara Aguareles
http://www.noticias.com/noticia/sistema-pensiones-podria-empezar-fallar-4-anos-1n0.html
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