El autoempleo crece menos en la región que en el resto del país. Un informe elaborado por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) sitúa a Castilla y León a la cola de España, en concreto en el penúltimo puesto en la clasificación de comunidades autónoma, en el crecimiento del número de autónomos (el 2%), lugar que comparte con Asturias, y por delante únicamente del País Vasco (el 1%). En la acera opuesta a castellanos y leoneses, asturianos y vascos se sitúan los castellano-manchegos, cuya región disfruta de un crecimiento del 5,9%.
El nuevo autónomo castellano y leonés respondería al perfil de un hombre de entre 36 y 54 años, trabajador de la construcción o los servicios y residente en Segovia, Burgos o Ávila.
Las 185.856 personas dadas de alta en la Seguridad Social en el régimen de los trabajadores autónomos a fecha de diciembre del 2007 suponen un incremento del 2% con respecto a los 182.171 registrados en diciembre del 2006. Este crecimiento es 1,4 puntos menor que la media española, que se sitúa en el 3,4%. Pese a que los datos regionales no dan pie a grandes alborozos, la situación del 2007 es mejor que la del año anterior, cuando ese superávit se situó en el 1,95%, lo que indica una tímida recuperación.
Pero el mapa de distribución de los autónomos en la región no es uniforme. Hay provincias que están por encima de la media nacional y provincias que están por debajo. La peor de todas es Palencia, donde el número de autónomos, lejos de crecer o mantenerse, mengua. Los autoempleados palentinos son 476 menos en diciembre pasado que un año antes.
Una situación algo mejor que Palencia, pero tampoco buena es la de Zamora, donde el número de personas que recurren al autoempleo para ganarse la vida es de seis menos que el año anterior lo que denota estancamiento en una provincia muy castigada por la despoblación. A la cabeza del crecimiento se sitúan Segovia, con 703 autónomos más y un incremento del 5,3%; Burgos, con 976 afiliaciones más, que suponen un aumento del 3,8%, y Ávila, que suma otros 430 efectivos, lo que se traduce en un incremento del 3,3%. En la franja intermedia se encuentran Valladolid, Salamanca, León y Soria, con porcentajes que van del 1% al 2,4%.
El informe elaborado por la Asociación de Trabajadores Autónomos refleja también el reparto de estas nuevas altas en la Seguridad Social por sectores. El motor que imprime fuerza a este incremento de afiliaciones es el de la construcción. Los autoempleados de este área firman el 75,8% de las nuevas incorporaciones al mundo laboral del autoempleo. Al ladrillo le siguen los servicios, con un incremento del 44,4%. Son los dos sectores con saldo positivo, puesto que el agrario pierde el 20,2%, dato que confirma el abandono que sufre la actividad agropecuaria en los últimos años, y la industria no genera ni altas ni bajas.
Dos de cada tres nuevas incorporaciones al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social son hombres, con el 66,3%, y una, mujer, con el 33,7%. En ese perfil del nuevo trabajador autónomo priman las personas de entre 36 y 54 años (el 43,2%), seguidos de los jóvenes de 35 años o menos (el 42,1%). Llama la atención también el número de mayores de 55 años -a los que encontrar un trabajo con nómina a cuenta de una empresa les resulta más complicado- que deciden autoemplearse y que se sitúa en el 14,7% del total de nuevos autónomos.
El trabajo por cuenta propia es una salida laboral para muchos inmigrantes, sobre todo procedentes de países europeos, hasta el punto de que en los ocho primeros meses del 2007 pasaron de 3.981 a 6.102 en la región, lo que supone un incremento del 53,3%. La mitad de estos autoempleados extranjeros tienen tres pasaportes: rumano, búlgaro o portugués.
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