España es uno de los países más competitivos del mundo al situarse en el puesto 27 entre un total de 131 países que componen el ranking de competitividad económica del informe 'Global Competitiveness Report 2007-2008', desarrollado en la Universidad de Columbia, publicado por el Foro Económico Mundial y analizado por el Centro de Predicción Económica (Ceprede).
Según Ceprede, el factor que convierte a España en una de las economías más competitivas del mundo es el tamaño de su mercado, mientras que la ineficiencia de su mercado laboral es la principal desventaja internacional frente al resto de países, ya que en el ranking concreto de este indicador España ocupa el puesto 95.
Así, y en cuanto a las condiciones más problemáticas a la hora de decidirse por España para establecer un negocio, Ceprede desvela que las restrictivas regulaciones del mercado laboral se imponen a otros factores como la burocracia gubernamental o los impuestos.
De esto se deduce que el mercado laboral es un factor de desventaja para la economía española a la hora de hacer negocios, algo que puede suponer un problema para atraer a empresas extranjeras al territorio nacional.
Por todo, Ceprede destaca la importancia de llamar la atención sobre las deficiencias estructurales del mercado de trabajo español, como la baja participación femenina en el empleo, la dificultad para encontrar trabajadores y, sobre todo, la baja productividad del mercado.
No obstante, para el centro de predicción económica, la solución a estos problemas es "compleja" ya que unas condiciones más favorables para hacer negocios pueden ir en detrimento de las condiciones laborales de los trabajadores.
Por otro lado, el informe desvela que otras economías europeas también se encuentran en una situación parecida en cuanto al mercado de trabajo, como Francia, que se sitúa por detrás de España en el ranking de eficacia laboral al ocupar el puesto 98, o Italia que desciende hasta el puesto 128.
Esto se explica por las condiciones la protección sociolaboral que ofrecen estos países a sus trabajadores, con altos costes por despido o los costes no salariales y por la falta de productividad de sus economías.
A la cabeza del ranking en eficiencia laboral se sitúa EE.UU. gracias a factores como la menor rigidez de su mercado laboral y a los bajos costes de despido, lo que le convierte en el país más competitivo frente al resto de las economías analizadas en el informe.
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