Los sindicatos europeos advirtieron ayer a la UE de los peligros de la actual moderación salarial para la economía de los Veintisiete e instaron a los gobiernos a proteger el poder adquisitivo de sus ciudadanos.
Fue el principal mensaje transmitido por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) durante la reunión de la troika comunitaria, en la que participaron además representantes de la patronal de la UE (BusinessEurope), la actual presidencia de turno (Eslovenia) y las dos próximas (Francia y la República Checa).
Los sindicatos hicieron además un llamamiento a la UE para que fomente las relaciones laborales "seguras y estables", en lugar de las contrataciones temporales u otras fórmulas ligadas a la precariedad, dijo el secretario general de la CES, John Monks, en una rueda de prensa al término de la reunión.
Monks calificó de "excesiva" la actual moderación salarial en un momento en el que "hace falta que crezca la demanda".
Las políticas actuales, según los sindicatos, no responden a la necesidad de estimular esa demanda, por lo que piden a la UE que los países tengan la posibilidad de adoptar medidas fiscales discrecionales ligadas a las reformas estructurales para aumentar el potencial de crecimiento.
Por su parte, el portavoz de la patronal europea Bussiness Europe, Jorgen Ronnest, subrayó la necesidad de llevar a cabo reformas en los sistemas laborales actuales para garantizar la capacidad de la UE de ser competitiva en un mundo cada vez más globalizado.
El asunto de debate de la troika fue la "flexiseguridad", concepto que engloba las políticas destinadas a conciliar la flexibilidad laboral y la seguridad en el mercado de trabajo.
El representante de la CES consideró que, a pesar de los temores de algunos sindicatos nacionales, la flexiseguridad es "parte de la respuesta" que Europa debe aplicar para afrontar los retos de la globalización.
El portavoz de la patronal recalcó que no hay una sola receta para la flexiseguridad, sino que cada país deberán adaptar la fórmula que más le convenga.
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