Mucho se ha hablado y ha escrito sobre la Generación X, pero ahora es el momento de la Generación Y –los nacidos a partir de 1982-, ya que comienzan a entrar en el mercado laboral. Las empresas consideran que aunque conozcan a fondo los ordenadores y los teléfonos, tienen carencias en capacidades básicas.
Precisamente este aspecto de los jóvenes es el que ha analizado la Association of Graduate Recruiters (AGA) mediante una encuesta a 217 empleadores. Para estos, los jóvenes pertenecientes a la generación Y son ambiciosos, confiados –a veces en exceso, muy conocedores de las nuevas tecnologías y concienzudos con la ética.
No todo han sido alabanzas para estos jóvenes casi recién llegados al mercado laboral, ya que también han sido calificados de egocéntricos, inconstantes y codiciosos.
El director ejecutivo de LGA, Carl Gilleard, opina: “Vienen a los stands y eventos de selección y dicen: “¿Qué puedes ofrecerme?,”, en lugar de “¿tendrías tiempo para que pudiera explicarte lo que puedo ofrecer?”… Generación Y es yo, yo, yo”.
Sin embargo, todo lo malo tiene su parte positiva, ya que según el estudio este grupo de jóvenes no están tan obsesionados con el salario, sino más bien buscan el equilibrio ideal entre trabajo-vida y medioambiente-ética.
Para AGA, parte culpa la tienen los padres. Según la asociación, algunos padres se dirigen a la universidad para quejarse de que no están siendo tratados correctamente, por lo que las compañías temen que ocurra lo mismo en este ámbito.
“Creo que los padres son culpables en cierto sentido”, opina Gilleard. “En Estados Unidos ya hay algunas grandes empresas que tienen políticas específicas para tratar con los padres. Algunos están dirigiéndose a las compañías para reivindicar que sus hijos valen más”.
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