La cifra de rumanos con papeles en Córdoba se ha disparado el último año. La colonia legal del país de los Cárpatos se ha multiplicado por seis a lo largo del pasado año 2007, el primer ejercicio en el que esta nación ha pertenecido a la Unión Europea, con lo que sus ciudadanos tienen derecho a la libre circulación y residencia en la Comunidad, si bien hay que recordar que en España tienen aún limitaciones para acceder al mercado laboral. Este aumento ha empujado a un fuerte alza en la provincia del número de extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor. Según las estadísticas de la Secretaria de Estado de Inmigración, la subida interanual el pasado ejercicio fue del 70,8 por ciento, con lo que Córdoba se convirtió en el tercer territorio del Estado con mayor aumento del número de foráneos legalmente establecidos. Así, a 31 de diciembre de 2007, en Córdoba había 18.685 inmigrantes con sus papeles en regla mientras un año antes en la misma fecha eran 10.937.
Este incremento interanual fue muy superior al que se dio en Andalucía (39,1 por ciento). De hecho, fue la provincia de la región donde más crecieron los extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor. También el aumento de Córdoba superó con creces al que se dio en España (31,7 por ciento). De hecho, fue el tercer territorio del Estado donde el pasado año más se incrementaron los inmigrantes con los papeles en regla. Sólo Toledo, con un alza del 71,3 por ciento, y Zamora (76 por ciento) tuvieron aumentos aún mayores. Y este fuerte crecimiento tuvo un protagonista: la colonia rumana. Al acabar 2006, había registradas en Córdoba 997 personas de esta nacionalidad. Un año después, esa cifra se había disparado hasta las 5.959. Eso supone un incremento del 498 por ciento.
Sin duda, estos datos se deben a que Rumanía entró en la UE el 1 de enero de 2007, lo que dio a sus ciudadanos derecho a la libre circulación y residencia en el espacio comunitario, si bien tienen limitaciones en materia laboral. De hecho, este incremento se logra, pese a que hay una moratoria en España, hasta el 1 de enero de 2009, con unos requisitos para los rumanos que quieran trabajar aquí por cuenta ajena y que no afectan a otros ciudadanos de la UE -salvo a los búlgaros, que están en la misma situación de moratoria-.
Básicamente, un rumano que quiera incorporarse al mercado laboral español para ser empleado por cuenta ajena necesita tener una oferta de trabajo de un año o más, si bien también hay posibilidades de lograr ocupaciones por menor tiempo de duración. Eso sí, los ciudadanos rumanos, a diferencia de los que no pertenecen a la UE, no tendrán ninguna limitación para acceder a empleos en cualquier sector económico. Además, al haber entrado en la UE, ahora tienen mucho más fácil que antes su regularización.
Este vertiginoso aumento se ha debido a nuevas llegadas y a los rumanos que ya residían en Córdoba, sin papeles, y que, a partir de la entrada de su país en la Unión, regularizaron su situación. Con semejante estirón, se han convertido en la nacionalidad mayoritaria en Córdoba, cuando en 2006 era ya una de las más importantes, pero aún no estaba entre las tres primeras. En concreto, ahora, de cada cien extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor en la provincia, 32 son del país de los Cárpatos.
La evolución se hace aún más patente si se mira al 31 de diciembre de 2002. Entonces, había 46 rumanos en la provincia con los papeles en regla, que suponían el 1 por ciento del total de foráneos regularizados.
El ascenso meteórico de Rumanía ha hecho que Marruecos pase a ser el segundo país que más extranjeros con papeles aporta a Córdoba, cuando en 2006 era el primero. Eso sí, el colectivo del país alauita también creció: un 24,7 por ciento (de 2.024 marroquíes se pasó a 2.524). El tercer colectivo más numeroso al acabar 2007 era el de los ecuatorianos, que en 2006 ocupaban el segundo puesto en el ranking cordobés. La colonia de esta nación creció un 17,9 por ciento -de 1.943 personas de este país se ‘saltó’ a 2.290-.
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