Con contrato indefinido en un empleo fuera del hogar, trabajando a jornada completa y con un promedio de ingresos mensuales inferiores a los 1.000 euros -o superiores a los 1.500 euros en el caso de que sea el sustento principal de su hogar- es el perfil que se puede hacer de las mujeres palentinas trabajadoras, que conforman el 30,4 por ciento de toda la población femenina de la provincia, según los datos extraídos del estudio ‘Situación Económica y Social de la Mujer en Castilla y León’, el último de estas características elaborado por la Junta de Castilla y León en el año 2006.
Aunque la cifra media de mujeres trabajadoras en Castilla y León (36,4 por ciento) se aproxima cada vez más a la de los hombres (58,3 por ciento), las estadísticas señalan que aún queda mucho camino por recorrer para lograr equiparar a los dos sexos en el ámbito laboral. Así, Palencia es la provincia con menor número de mujeres trabajadoras de la región (30,4 por ciento), una cifra seis puntos inferior a la media regional, que se sitúa en el 36,4 por ciento, y diez puntos por debajo de Soria, la provincia castellano y leonesa con mayor tasa de empleo femenina, aunque, paradójicamente, es la provincia con menos población en la región.
No obstante, aunque Palencia es la provincia de Castilla y León en la que hay menos mujeres trabajadoras, más de la mitad de las que sí tienen un empleo fuera del hogar están contratadas de manera indefinida, lo que asegura de alguna manera su continuidad en el mercado laboral.
La jornada laboral a tiempo completo es la que aglutina a un mayor número de mujeres palentinas trabajadoras (el 71,6 por ciento), aunque si en algo destaca la provincia con respecto a las otras ocho de Castilla y León es que registra el mayor porcentaje de la región de mujeres contratadas por horas, (el 12,6 por ciento), frente a la media regional, que está en el 7,2 por ciento.
Piedra angular
Aunque las palentinas son las mujeres de la región más reticentes a abandonar su trabajo por causas personales, ya sean voluntarias o involuntarias, el 52,5 por ciento de las que han dejado su empleo lo han hecho para cuidar a sus hijos. De todas las mujeres trabajadoras de Castilla y León, son sobre todo las que tienen estudios universitarios superiores las que optan por abandonar su trabajo para cuidar a los niños. En el lado contrario están las mujeres que no han finalizado los estudios primarios, que prefieren buscar alternativas diferentes antes de abandonar su trabajo para cuidar a los más pequeños.
A medida que aumenta el nivel de estudios, mayor es el nivel de ingresos personales de las mujeres de Castilla y León. Asimismo, el aumento de edad está asociado a la retribución de ingresos más altos. Así, son las mujeres con edades comprendidas entre los 30 y los 44 años las que pueden presumir de ganar los salarios más altos, superiores a los 2.500 euros.
En Palencia, más allá de que el 41 por ciento de las mujeres no tiene ningún tipo de ingreso, la mayoría de las féminas que sí lo perciben tienen sueldos bajos, de 501 a 1.000 euros, una cifra que dista mucho de los más de 1.500 euros que cobran el 31,2 por ciento de las mujeres trabajadoras que son el sustento principal de sus familias.
Con respecto a la educación, no existen grandes diferencias en el nivel de estudios que poseen los hombres y las mujeres de Castilla y León, aunque el porcentaje de mujeres con estudios universitarios es mayor que el de hombres. Sin embargo, los datos recogidos en el informe elaborado por la Junta demuestran que el nivel de estudios no garantiza un mejor puesto de trabajo, ya que el número de hombres que ocupan puestos directivos duplica al de mujeres con cargos de máxima responsabilidad (4,3 por ciento de los hombres frente al 1,9 por ciento de las mujeres).
La analfabetización es un concepto que prácticamente ha desaparecido entre las mujeres de la región. Únicamente quedan mujeres que no saben leer o escribir mayores 45 años, aunque la cifra ni tan siquiera llega al 1 por ciento.
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