La Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Federación Internacional de Trabajadores del Textil, Vestuario y Cuero (FITTVC) protestaron ayer por el ataque "perpetrado" contra 176 trabajadores vietnamitas de la empresa W&D Apparel, ubicada en Al Tajamouat de Ammán (Jordania), que protestaban por su situación laboral.
El pasado 10 de febrero, los trabajadores de la empresa convocaron una huelga en protesta por sus condiciones laborales, que fue disuelta de un modo violento por la policía.
Para obtener su puesto de trabajo, los trabajadores pagaron a un intermediario 1.600 dólares (1.013 euros) en concepto de honorarios –el equivalente de casi tres años de salario mínimo –. Asimismo, se les prometió un sueldo de 220 dólares mensuales (algo más de 139 euros) aunque en realidad cobraban entre 80 y 150 dólares mensuales –entre 50 y 90 euros– por 16 horas de trabajo diarias.
Por todo ello, la CSI y la FITTVC instan al Gobierno jordano a garantizar que la empresa W&D respete el derecho de los trabajadores extranjeros de formar un sindicato o afiliarse al sindicato que elijan. Asimismo, solicitan al ejecutivo que investigue el papel que desempeñó la policía en la interrupción de la huelga.
Según el secretario general de la CSI, Guy Ryder, "cuando los migrantes quedan sometidos a situaciones de trabajo forzoso, las agencias de empleo que los contrataron se convierten en negocios de trata de seres humanos". "Lo que sucedió en Ammán equivale a considerar que los trabajadores que ejercían pacíficamente su derecho de libertad de expresión y asociación estaban cometiendo un delito", concluyó.
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