Tres de cada cuatro titulados tiene trabajo, aunque la mayoría con empleos que requieren escasa cualificación.
El mercado laboral español desaprovecha el talento y la cualificación. España es uno de los países europeos que peor utiliza su capital humano, sobre todo en los niveles de formación superiores, una circunstancia que nos aleja de nuestros principales competidores en el continente.
Cada año salen de las universidades 200.000 titulados y los campus acogen ya a 1,5 millones de estudiantes. Sin embargo, para muchos de estos titulados la alternativa será el paro o un empleo con menor cualificación que la recibida. Los sueldos, tras la graduación, apenas superarán los 760 euros, según un reciente informe de Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), una retribución que sólo se duplicará tras varios años trabajando.
Hay demasiada oferta para poca demanda, demasiados universitarios que el mercado es incapaz de absorber, pero sobre todo con cualificaciones diferentes a las que reclaman las empresas. Además, el mercado ha estado primando durante años a los trabajadores sin especialización o con baja cualificación.
Juan José Castillo, de 30 años, terminó la carrera de Historia en la Universidad Complutense hace cuatro años. Tiene un máster de Contabilidad y otro de Gestión de Calidad y un nivel de inglés medio. Ha trabajado, siempre con contrato temporal, “en casi todo”, reconoce. Hace dos meses se quedó en paro.
Enrique Morales
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