23 de noviembre de 2024
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Descubre cuáles son los profesionales esenciales mejor retribuidos de los sectores Alimentación y Bebidas, Automoción e Industria, en 2022

Descubre cuáles son los profesionales esenciales mejor retribuidos de los sectores Alimentación y Bebidas, Automoción e Industria, en 2022
  • El perfil mejor remunerado por debajo de los 40.000 euros en el sector de la Alimentación es el/la Responsable de Marketing Digital, con una retribución media de 35.600 euros brutos anuales, seguido de los Jefes/as de Turno (30.250 euros/año de media).
  • Para el sector automovilístico el profesional mejor pagado de esta franja es el/la Jefes/as de Ventas de concesionarios, con una retribución media de 36.600 euros brutos/año, escoltado por los Técnicos/as de Procesos (35.000 euros/año de media).

A lo largo de este año se ha ido dando a conocer la segunda edición de la Guía Salarial Adecco del Mercado Laboral especializada por sectores, un completo análisis de las remuneraciones en España en el último año, centrándose en posiciones esenciales cuya banda salarial se sitúa por debajo de los 40.000 euros brutos anuales de media.

Cada análisis recoge los datos de los perfiles más destacados de cada sector: su banda salarial, su distribución geográfica y las características de esa función, así como la formación necesaria para desempeñar esos roles[1].      

La guía analiza también el impacto que tuvo y tiene aún la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 en estos sectores, cómo ha sido su evolución tras la pandemia, y cuáles son las previsiones de futuro en cada una de estas áreas de actividad. En este caso, se presenta el análisis para el clúster industrial, compuesto por los sectores de Alimentación y Bebidas, Automoción e Industria general).

Situación actual y futura de la Alimentación y Bebidas

A pesar de las dificultades que ha tenido que sortear este último año la industria española de Alimentación y bebidas (incremento de la inflación, costes energéticos y conflictos en el transporte), se mantiene como la primera industria manufacturera del país y uno de los principales exportadores de nuestra economía. Uno de cada cinco trabajadores del ámbito industrial desarrolla su labor dentro del sector de la alimentación.

La progresiva reactivación del ocio, así como de la hostelería y el gasto asociado al turismo, han conseguido acelerar de nuevo la producción alimentaria durante el último año, volviendo a la trayectoria positiva que había mantenido el sector el lustro anterior en términos de creación de empleo y de facturación. Casi medio millón de personas trabajan en la industria de alimentación y bebidas, lo que supone un 2,6% del empleo total en España. La proporción de mujeres ocupadas en el sector (4 de cada 10 trabajadores) es más elevada que la media del conjunto de la industria manufacturera. En cuanto a la distribución por edades, más de la mitad, un 50,8%, cuentan con edades intermedias, entre 25 y 44 años, el 44,4% se sitúa en el segmento de más de 45 años y solo un 4,8% del empleo se localiza en el segmento más joven (16-24 años).

El sector alimentario se encuentra en un momento de transformación, con profundos cambios en sus modelos de negocio y en las estructuras de las empresas como resultado de su necesaria digitalización. Uno de los retos a los que se enfrenta es la falta de personal formado para los puestos especializados que necesita cubrir. Tradicionalmente, para la cobertura de posiciones laborales básicas los requerimientos de entrada eran mínimos, pero la progresiva automatización de sus procesos ha llevado a las empresas alimentarias a exigir una cualificación mínima de Formación Profesional como nivel de acceso.

Por otro lado, en el último año ha aumentado en cuatro décimas la proporción de trabajadores/as mayores de 55 años. Este progresivo envejecimiento de las plantillas hace también urgente la necesidad de encontrar reemplazos para los trabajadores/as que vayan jubilándose.

A nivel salarial, la tendencia general en el sector durante el último año ha sido la estabilidad. Más de dos tercios de las empresas no han realizado grandes cambios respecto al ejercicio anterior en sus políticas retributivas. Tan solo se han incrementado los sueldos de algunos perfiles como el Jefe/a de Turno, el Preparador/a de Pedidos, el Técnico/a de Mantenimiento o el Gestor/a de punto de venta, cuya demanda también ha crecido en los últimos meses.

De cara al futuro, la industria de la alimentación y bebidas continúa inmersa en un proceso pleno de digitalización y adopción de nuevas tecnologías. Las empresas están realizando importantes inversiones, no solo en la robotización de procesos para incrementar la producción sino también en tecnologías de big data, con las que realizar estimaciones más precisas de nuevas tendencias, así como en cloud computing para reformar la seguridad de sus instalaciones.

Desde un punto de vista más comercial, son muchos los fabricantes que han dado el salto al e-commerce, reforzando sus canales digitales. También se espera que en distribución se produzca un incremento de las alianzas entre empresas.

El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del Sector Agroalimentario, aprobado por el Gobierno en febrero de este año, va dirigido a potenciar esta transformación de la cadena agroalimentaria e impulsar la modernización y digitalización del sector, así como su crecimiento económico en los próximos años. Se estima que contará con una inversión pública de unos 1.000 millones de euros hasta 2023, y que creará hasta 16.000 empleos en el sector.

Presente y futuro del sector Automoción  

La industria del automóvil ha sido una de las áreas económicas más perjudicadas durante estos dos años de pandemia. A las dificultades vividas en 2020, con el cierre temporal de las fábricas, hay que sumarle lo que 2021 y 2022 trajo: la falta de semiconductores por el incremento de la demanda de productos tecnológicos, la crisis de las materias primas, los elevados precios de la energía, la caída en el consumo y los graves problemas logísticos a nivel mundial. Factores que han provocado una reducción significativa en el ritmo de producción, ralentizando la recuperación que se esperaba para el sector.

Esta situación de inestabilidad no solo ha afectado a las fábricas españolas. En el resto de Europa tampoco se ha podido dar respuesta a la demanda de vehículos a causa del desabastecimiento. A pesar de que la Unión Europea ya ha puesto en marcha una ley para incentivar la apertura de centros de producción de componentes, las previsiones apuntan a que hasta el próximo 2023 la situación no se normalizará completamente.

España es actualmente el segundo productor de vehículos de Europa tras Alemania, y el noveno a nivel mundial. Su producción ha caído un 7% durante el último año, situándose en 2.098.133 vehículos, y hasta un 25,6% si los comparamos con las cifras de 2019.

El sector factura actualmente cerca de 94.000 millones de euros, si sumamos las cifras presentadas por fabricantes y proveedores. Esto supone cerca de un 10% del Producto Interior Bruto de nuestro país. La industria automovilística en España cuenta con 17 fábricas de automóviles, 15 centros tecnológicos y 10 clústeres de automoción, a lo que hay que sumar más de 1.000 plantas de producción de componentes de automoción pertenecientes a 720 grupos empresariales.

En términos de empleo, la industria del automóvil aporta un 9% del trabajo en España, con más de dos millones de trabajadores entre los segmentos de producción, venta y reparación y otros servicios relacionados (seguros, financieras, alquiler de vehículos, autoescuelas, etc.). Según datos de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (SERNAUTO), solo en el área de fabricación de componentes de automoción se generan más de 326.000 puestos (directos e indirectos), y estiman un crecimiento del 2% para este 2022 que acaba.

La necesaria electrificación y conectividad de los nuevos vehículos, la creciente tendencia hacia coches más autónomos, el carsharing o la automatización y digitalización de las factorías son algunas de las tendencias que hacen prever que la demanda de profesionales en el sector automoción seguirá aumentando en los próximos años. Se incrementará la necesidad de nuevos perfiles profesionales relacionados con el desarrollo y manejo de componentes como baterías, motores eléctricos y software, así como una reorientación importante de los perfiles ya existentes para adaptarlos a una mayor automatización.

Por otro lado, tal y como sucede en otros sectores, las empresas se enfrentan a una falta importante de mano de obra, tanto MOD como MOI, especialmente acuciante en algunas posiciones. Es el caso de los perfiles de Mecánico/a y Asesor/a Comercial, los más demandados durante el último año.

En cuanto a los salarios, durante el último año se ha producido una tendencia positiva. La subida

ha sido más significativa en algunos perfiles difíciles de cubrir, como el de Jefe/a de Ventas de concesionarios, el puesto mejor retribuido entre los que se sitúan por debajo de los 40.000 euros. También ha aumentado la retribución en otras posiciones como: Especialista en Centro mecanizado CNC, Montador/a – Ajustador/a, Ingeniero/a de Automatización, Jefe/a de Taller, Ingeniero/a de Mantenimiento y Técnico/a de Procesos. 

De cara al próximo año, el sector se enfrenta a la que probablemente es la mayor transformación que ha vivido en su historia, motivada por importantes retos estratégicos como la lucha contra el cambio climático, la digitalización y los cambios en las preferencias de movilidad.

Por un lado, se están produciendo procesos de concentración empresarial, al tiempo que surgen nuevos participantes que ven una oportunidad de negocio en la tecnología eléctrica. Uno de los factores que condicionará su evolución es la necesaria adaptación del transporte a los exigentes objetivos de descarbonización fijados por la Unión Europea para 2030.

Según los datos de ANFAC, patronal de los fabricantes de vehículos, durante el pasado año se produjeron en nuestro país 195.000 vehículos electrificados, multiplicando por 11 su producción respecto a 2019. También ha aumentado la fabricación de vehículos híbridos y de gas. Pero a pesar de estos avances, España se mantiene a la cola en materia de penetración del vehículo electrificado, y sobre todo, a la cola en puntos de carga.

Para acelerar la transformación tecnológica del sector, el Gobierno ha puesto en marcha el PERTE VEC, con ayudas públicas procedentes principalmente de los fondos Next Generation EU que irán destinadas al desarrollo y fabricación de vehículos eléctricos y conectados.

Según las estimaciones realizadas por ANFAC, estas acciones impulsarán el valor de la industria de la movilidad en España hasta los 310.000 millones de euros de facturación. Supondrá también la creación de hasta 1,5 millones de puestos de trabajo, en un nuevo ecosistema en el que la fabricación de vehículos se acompañará por nuevos servicios de transporte público, coches compartidos y de alquiler, junto a servicios de venta y postventa más completos, que dejarán de centrarse exclusivamente en vender para ofrecer experiencias a los clientes.

La Industria española: punto de partida y previsiones

La industria española se mantuvo durante todo 2021 en la senda de la recuperación. De acuerdo con las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la producción industrial creció por encima del 8%, el mayor aumento de los últimos 25 años. Sin embargo, aún no es suficiente para compensar la caída del 9,1% experimentada en 2020, como consecuencia de la pandemia. Aunque las expectativas para 2022 eran seguir creciendo, los problemas en el flujo de suministros, los elevados precios de la electricidad y del gas, y la inestabilidad geopolítica están ralentizando la producción. 

El sector del metal es el que más ha sufrido con la crisis energética que se ha desencadenado tras el estallido de la guerra en Ucrania. La metalurgia es la actividad industrial que necesita más electricidad en sus procesos productivos, por lo que los altos precios energéticos provocaron en marzo una caída de la producción del 26%, superior a la que sufrió durante el confinamiento en 2020, lo que ha ralentizado enormemente la recuperación tanto de su actividad como de la generación de empleo en esta área.

La fabricación y mantenimiento de transporte ferroviario continúa avanzando en su transformación. El sector sufrió una grave crisis estructural desde 2010 hasta 2017, y una posterior recuperación, muy acelerada, hasta 2019. En diciembre de 2020 se completó el proceso de liberalización de la prestación de servicios de transporte ferroviario de viajeros y mercancías, con el que se pretende favorecer la unificación del mercado nacional y europeo. Una situación que favorece a la industria ferroviaria española, más competitiva y con una mayor capacidad exportadora que sus socios comunitarios. Este contexto está abriendo nuevas oportunidades, como la ampliación de servicios a otros países, incrementando también la demanda de perfiles especializados.

La producción del sector papelero, que incluye la fabricación de celulosa, papel y cartón, creció un 6,5% en 2021, recuperando los niveles prepandemia. Al igual que ha sucedido en otros sectores industriales, la escalada de precios de la energía y el aumento del coste de las materias primas y el transporte ha complicado su crecimiento en 2022. El empleo también ha vuelto a reactivarse en esta área industrial, que genera ya 16.705 puestos directos. El sector continúa transformándose: en los últimos cinco años ha empleado cerca del 8% de su facturación en renovación tecnológica e innovación, enfocándose hacia mercados con mayor potencial de crecimiento como los envases y embalajes reciclables.

El sector agroquímico o de productos fitosanitarios alcanzó en nuestro país durante el pasado año una cifra de negocio de 1.136 millones de euros, y supone el 1,5% de la producción total de la industria química en nuestro país. Las cincuenta empresas más grandes concentran un 81,4% del total del mercado, y muchas operan a nivel internacional. En 2022 han seguido invirtiendo en innovación, para desarrollar productos que cumplan con las nuevas normativas medioambientales.

La industria del plástico recuperó gran parte de su actividad en 2021, y ha continuado en línea ascendente durante la primera mitad de 2022, a pesar de los elevados costes del material y la energía, sus dos principales preocupaciones. Situación que han intentado solucionar diversificando las cadenas de suministro y utilizando materiales alternativos. Esta industria es una de las incluidas en el PERTE de Economía Circular, con el objetivo de impulsar el sector del que forman parte más de 3.000 empresas y que genera más de 93.000 puestos directos.

En estos momentos el sector industrial continúa trabajando en aumentar su producción y ser

más competitivo a través de la optimización de sus procesos con la ayuda de las nuevas tecnologías. También invierte en innovación como eje vertebrador de la estrategia de sostenibilidad. Esta gran transformación ha provocado un incremento en la búsqueda de perfiles cada vez más cualificados, tanto en el área de producción como en la de mantenimiento. También se empieza a observar una mayor demanda de expertos para el área de investigación, desarrollo e innovación.

A nivel salarial, la tendencia en este sector ha sido a la estabilidad de salarios durante 2022, sin grandes cambios respecto al año anterior.

Todo apunta a que en los próximos meses la industria seguirá muy condicionada por el encarecimiento de varios factores clave en su producción (energía, materias primas, transporte…), y por la incertidumbre que conlleva el conflicto en Ucrania. Pero también se espera que la demanda de productos siga incrementándose, y que los proyectos relacionados con el programa Next Generation EU ayuden a ese crecimiento.

Este impulso a la industria manufacturera con el apoyo de los fondos europeos se contempla en la “Política Industrial España 2030”, incluida dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Su objetivo es impulsar la modernización y la productividad del sector industrial de nuestro país a través de la digitalización de la cadena de valor, el aumento de la productividad y la competitividad y la mejora de la eficiencia energética, puntos clave en la transición ecológica y la transformación digital. En total, este Plan Industrial movería 6.107 millones de euros, de los cuales, 3.782 millones se solicitarían bajo el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.


[1] Consultar Guía salarial adjunta.

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