La “gran renuncia”, ese movimiento global que lleva a cientos de miles de trabajadores a abandonar sus puestos de trabajo ha animado a las empresas a desarrollar nuevas estrategias para atraer y, sobre todo, para fidelizar el talento. Dentro de ellas, el diseño y equipamiento de los espacios ha pasado a formar parte de su estrategia de marca dentro de sus activos intangibles.
En este nuevo modelo, el entorno de trabajo se concibe como una herramienta para captar y afianzar el talento, para generar creatividad, confianza, bienestar y, por supuesto, mayor productividad. Según el estudio Gensler US WorkplaceSurvey “El 90% de los trabajadores reconoce que su actitud laboral se ve afectada por la calidad del ambiente de trabajo”.
La nueva edición de la revista corporativa de Actiu, Inspiration#3, donde se ha reunido a un panel de empresarios y expertos en arquitectura, diseño, ergonomía, y bienestar, entre otros, tiene como tema central este cambio de modelo y propone la creación en las empresas de espacios que generen experiencias que faciliten la cultura del cuidado del talento.
Nuevos valores
Según la publicación, la comunicación, la creatividad, la conciliación y la privacidad son hoy cuatro valores claves, y la interacción entre los diferentes profesionales facilitada por los espacios de trabajo abiertos contribuye al intercambio de conocimiento, mejora la comunicación, promueve el trabajo en equipo y crea una atmósfera más amable. De esta manera, estas acciones resultan productivas para la empresa y, también son positivas para el crecimiento y realización de las personas. Además, las conexiones sociales en el trabajo refuerzan la autoestima y las emociones positivas, incrementando el compromiso con la organización o la marca.
Los nuevos espacios deben facilitar la creatividad, crear equipo, buen ambiente, promover la colaboración y el intercambio de opiniones para que el talento fluya y se fidelice. Se sabe que los encuentros informales generan hasta el 80% de las interacciones de valor entre compañeros.
El espacio y las instalaciones corporativas pueden convertirse también en una eficaz herramienta que facilite la conciliación: desde gimnasios a guarderías, incluso zonas pet friendly.
Las compañías más vanguardistas están difuminando la línea que separaba el espacio de trabajo y la vida personal, reduciendo el estrés de sus empleados, aumentando su implicación y mejorando su productividad, creando espacios donde se sientan como en casa.
Los nuevos espacios de trabajo demandan de nuevo entornos que permitan a los trabajadores centrarse y concentrarse en sus proyectos, sin romper el modelo de oficina abierta. La solución está en el mobiliario, que conjugan lo privado y lo compartido. Espacios polivalentes donde conviven lo privado y lo social.
Los millennials imponen su modelo
La fidelización de talento es clave para el futuro de las empresas y las nuevas generaciones, como los millennials está planteando nuevos requerimientos donde el espacio de trabajo es un factor clave para su permanencia. Para ellos, el tribalismo, sentirse parte de una comunidad, trabajar en equipo, es una necesidad emocional. Un sentimiento de pertinencia que puede reforzarse con espacios corporativos donde la identidad visual de la organización se transmita claramente, mediante la decoración, el mobiliario o la gama cromática o el propósito de la marca con la que trabajan.
Las nuevas generaciones, más partidarias de las redarquías que de las jerarquías, buscan zonas comunes que fomenten la afinidad y que permitan conocer a sus compañeros, sus metas e incluso su manera de ver la vida para comprender y compartir mejor sus objetivos.
Otro valor clave para ellos es la sostenibilidad. Las compañías que muestran un sólido compromiso con unas políticas medioambientales claras, aplicando la domotización y la tecnología para ganar en eficiencia energética y reducir su huella, lograrán un mayor engagement por parte de los juniors más concienciados.
Desconexión digital y salud física, emocional y mental
El teletrabajo forzado por la crisis sanitaria del coronovirus difuminó en muchos casos la frontera que separaba la jornada laboral y el tiempo personal y las nuevas generaciones apuestan por la «desconexión digital». Fomentar una cultura empresarial que promueva el descanso digital no solo mejora el employer branding de la compañía: también aumenta el rendimiento y el compromiso de sus equipos y reduce el absentismo y la rotación de personal.
La cronificación de un mal ambiente laboral, el estrés o la desmotivación y el trabajo en espacios poco agradables acaban provocando el «síndrome del burnout». El espacio incide emocionalmente en los equipos y en su motivación y las compañías más avanzadas están apostando por espacios saludables que favorezcan el bienestar: un mobiliario ergonómico, cómodo, saludable, unas distribuciones flexibles con zonas de descanso, relajación y desconexión.
Flexibilidad y formación
La pandemia, y el trabajo híbrido están redefiniendo la flexibilidad laboral. Poder elegir el momento y el lugar donde trabajar es un requisito fundamental para muchos profesionales Delegar en cada persona la decisión de organizarse por objetivos, genera una sensación de confianza que empodera y responsabiliza a los equipos.
En paralelo, la formación continua es una de las apuestas empresariales mejor valoradas por los profesionales. Una empresa que ofrece formación continua es más atractiva. Además de las salas de formación o los auditorios para formaciones internas, existen otros modelos formativos, como las formaciones online o las clases individualizadas. Entre ellos destacan las metodologías Agile, con gradas o separadores para crear zonas adhoc, y el mobiliario con puestos de videoconferencia que facilita las formaciones online. Para las empresas de éxito, generar espacios para el aprendizaje es la mejor demostración de su implicación y compromiso con la plantilla.