El desempleo en España sigue siendo la asignatura pendiente desde hace muchos años. Un problema estructural que pese a los continuos periodos de recuperación no consigue acercarse a la media europea y que lastra, como no puede ser de otra manera, el crecimiento de nuestro país.
En la actualidad, el número de parados se sitúa por debajo de los 3 millones, registros que no se alcanzaban desde 2008. Pese a la buena noticia, el agregado total de parados sigue siendo muy elevado y la disminución tan lenta de este colectivo hace pensar que existen serios problemas estructurales que impiden a este colectivo reducir su volumen en mayor proporción.
Por ello, la tasa de paro sigue situándose por encima de del 10%, volviendo al año 2008 para tener referencias de tasas por debajo de la misma. En concreto, España presenta una tasa de paro del 12,5%, siendo el país de la UE con mayor tasa de paro, seguramente, muy cercana al desempleo estructural.
El desempleo de larga duración se enquista de nuevo en España
Si atendemos a la distribución de los parados por tiempo de búsqueda de empleo, vemos que los mayores de 50 años, un colectivo que se presupone con mayores cargas familiares, menor movilidad laboral y posiblemente unas competencias desactualizadas, son los que encuentran más problemas para reingresar al mercado de trabajo. Este fenómeno que parecía haber cambiado de signo antes de la pandemia, vuelve a intensificarse este año, así como el de los jóvenes.
Y es que el desempleo de larga duración, es decir, los que llevan más de 1 año buscando empleo, es el que mayor peso de desempleados presenta sobre el total. Y no sólo eso, sino que 2022 vuelven a acercarse a niveles de 2013 cuando el mercado de trabajo español presentó las peores cifras jamás registradas.
España acrecenta el desempleo de muy larga duración (más de cuatro años en el desempleo)
El principal problema social del mercado laboral son los parados de larga duración, aquellos que llevan más de cuatro años sin encontrarlo. Se trata del colectivo más vulnerable porque no reciben ningún tipo de ayuda o prestación social. Casi 400.000 personas se encuentran en esta situación, representan más del 12% del total de parados. Esto significa que uno de cada diez desempleados se encuentra en esta difícil situación.
Este escenario choca directamente con la dificultad de muchos sectores a la hora de encontrar candidatos. Por este motivo, Asempleo, la asociación de las agencias privadas de empleo, considera que el origen del problema está el mal funcionamiento de la intermediación laboral, que está fracasando una vez más a la hora de casar la oferta y la demanda. En consecuencia, es fundamental encontrar soluciones inmediatas al desempleo en nuestro país, permitiendo flexibilizar las pasarelas al empleo para reingresar a los desempleados de una manera rápida, ágil y eficaz, dotando a las empresas de los recursos necesarios para poder hacerlo.
Los datos recogidos de Eurostat indican que el peso de los parados que llevan más de 4 años en el desempleo han vuelto a incrementarse. En el segundo trimestre de este año, el peso de los parados de más de 4 años en el desempleo alcanzó el 12,1%, volviendo a niveles de 2014. Así, junto a Italia, España es el país que mayor número de parados con más de 4 años en el desempleo de Europa.
En 2008, cuando comenzó a dibujarse el escenario de incertidumbre que desembocó en la Gran Crisis financiera, había 80.000 parados de muy larga duración. Esto supone que afrontamos el cambio de ciclo económico con cuatro veces más parados en situación de extrema vulnerabilidad.
El riesgo de exclusión social de este colectivo no se debe solo al hecho de que han dejado de recibir prestaciones, sino a la transformación tecnológica que se está produciendo en nuestra sociedad. Después de 48 meses fuera del mercado laboral, las posibilidades de encontrar un puesto de trabajo se reducen drásticamente porque se requieren otro tipo de habilidades y formación para los nuevos empleos que demanda la nueva economía.
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