La importancia del empleo en las sociedades modernas trasciende a la necesidad de cubrir los requerimientos básicos de la vida diaria, hay notables elementos imbricados culturalmente que contribuyen a la plena inclusión social y profesional. Sin embargo, hay colectivos de nuestra sociedad que no disfrutan plenamente del derecho al empleo y conviven de manera permanente con la discriminación en el acceso a los distintos ámbitos de participación, incluido el profesional, éste es el caso de las personas con discapacidad, 4,38 millones de personas, de ellos 1,58 millones en edad laboral, según se desprende de los datos de la última de Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (EDAD), referida a 2020 hechos públicos por el INE el pasado 19 de abril y recogidos por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de Fundación ONCE, Odismet.
Según el “Índice ManpowerGroup: Perspectivas de Empleo 2022-2023”, España creará más de un millón de empleos en los próximos dos años. Esta cifra supone una importante oportunidad de la que ningún colectivo, y especialmente los más vulnerables, deberían quedarse fuera.
En este marco, Human Age Institute, la fundación de ManpowerGroup, y Fundación ONCE se alían para acelerar la inclusión de personas con discapacidad en el mercado del empleo a través de esfuerzos conjuntos de formación y de sensibilización a las empresas. De este modo, se pretende impulsar un empleo de calidad, diverso e inclusivo. Ambas entidades acaban de presentar esta misma semana la alianza estratégica con la que pretenden poner el acento en la S-Social y contribuir a dicho empleo sostenible.
En España, tan sólo el 25 por ciento de las personas con discapacidad en edad laboral tienen un empleo, una tasa a todas luces insuficiente y muy lejos de la mostrada por las personas sin discapacidad (64% según la estadística “El empleo de las personas con discapacidad del INE”). A pesar de la demanda de profesionales prevista para éste 2022 y 2023, este indicador evidencia la existencia de la citada discriminación y coincide con la percepción de las propias personas con discapacidad; así el 12% de las personas con discapacidad se ha sentido discriminado por motivo de discapacidad en su empresa o lugar de trabajo.
Jose Luis Martínez Donoso, director general de Fundación ONCE, comentaba que “los últimos datos recogidos en las recientes encuestas del Instituto Nacional de estadística (INE), y que recogemos en los distintos informes de nuestro Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo en España (ODISMET) son rotundos al mostrarnos una situación de discriminación que sufren las personas con discapacidad en su incorporación al mercado laboral. Por ello, es necesaria la puesta en marcha de políticas e iniciativas que mejoren sus perfiles profesionales de manera que posibiliten su plena inclusión laboral y social. Identificando oportunidades de empleo, desarrollando cursos de formación que atiendan a la demanda, y llevando a cabo acciones de sensibilización. En este sentido, es necesaria la colaboración entre el tercer sector y las empresas que componen el tejido productivo. Por ello, nuestra alianza con ManpowerGroup nos posibilitará avanzar en la integración laboral de las personas con discapacidad aportando su conocimiento de las necesidades de la realidad empresarial”.
Por su parte, Montse Moliner, directora de Sostenibilidad de ManpowerGroup, afirmaba que “existe una notable oportunidad para el mercado del empleo de incorporar más talento y diversidad. La tasa de desempleo entre personas con discapacidad es alarmantemente alta, pero pasa inadvertida. Por ello, debemos apostar de manera decidida por la formación para ayudar a este colectivo a mejorar su empleabilidad, pero también hay que poner herramientas al servicio de las empresas que les permitan generar oportunidades de empleo diverso, inclusivo y sostenible, para cualquier tipo de talento. Es a través del empleo como se pueden reducir las desigualdades sociales. Y, en Human Age Institute, estamos muy contentos de colaborar con Fundación ONCE para contribuir a generar ese empleo digno para las personas con discapacidad”.
El resto de los indicadores clásicos que describen la realidad del mercado del empleo para las personas con discapacidad también evidencian la mencionada discriminación, que es una de las principales novedades temáticas que incluye la nueva EDAD como ámbito de análisis; una tasa de actividad de apenas un 33,5% y una tasa de paro por encima del 30%, ambos datos muy lejos de las cifras que alcanzadas por la población sin discapacidad.
Especialmente difícil, como se suele señalar, es la situación de los jóvenes, con menor tasa de actividad (7 puntos menos que la media del colectivo), menor tasa de empleo (12 puntos) y un devastador 58,5% de paro.
Afortunadamente, al menos en lo que se refiere a estas tasas, las mujeres presentan datos muy similares a los varones (aunque obviamente aún muy lejos de las mujeres sin discapacidad).
Territorialmente también se detectan algunas diferencias, así comunidades como Aragón y Baleares, muestran mayores tasas de actividad y empleo para personas con discapacidad, mientras que Asturias o Galicia están por debajo de la media del colectivo, por otro lado, el nivel de paro es significativamente más alto en Andalucía y Canarias.
Las dificultades de acceso al empleo de las personas con discapacidad obedecen a razones de muy diversa índole, pero lo cierto es que el colectivo de personas con discapacidad es muy consciente de ellas; entre aquellos que buscan empleo un 29% considera que no lo encuentra por las características actuales del mercado del empleo y por entender por tanto que encontrar empleo es difícil para cualquier persona, sin embargo, hay otro 23% que indica que no encuentra empleo debido a su discapacidad, en este sentido casi 200 mil personas (24%) afirman que no han trabajado nunca por su discapacidad. A buen seguro, a una parte importante de ellos, en realidad nadie les brindó nunca la oportunidad de trabajar, por lo que nuestra sociedad esta desperdiciando el enorme talento que muchas personas con discapacidad tienen que ofrecer.
Por eso las organizaciones del tercer sector no pueden reducir en lo más mínimo su esfuerzo para ayudar a encontrar empleos dignos a este importantísimo grupo de población a través de servicios de empleo especializados, así como en poner en valor su talento ante las empresas y reclamar ante los poderes públicos los marcos normativos y apoyos necesarios para no dejar a nadie atrás, teniendo en cuenta la enorme diversidad de perfiles, necesidades y situaciones que encontramos en un ejercicio de análisis pormenorizado del colectivo que nos ocupa.
Hay que apostar por las personas con discapacidad y romper barreras y prejuicios, como los miedos sobre los costes en adaptación de puestos, cuando tan solo el 12% de esos puestos han requerido adaptaciones y otros estereotipos como su relegación a determinados perfiles profesionales: un 30% en ocupaciones elementales y tan solo un 7% de técnicos y profesionales científicos e intelectuales o un 4% de directores o gerentes.
Todas estas cuestiones lastran claramente las posibilidades del colectivo en un mercado laboral tan competitivo, en el que además la brecha digital y las barreras en el acceso a la formación no harán más que acrecentar la exclusión laboral y vetar el acceso a las enormes oportunidades de empleabilidad que ofrece el ámbito tecnológico. Fundación ONCE lleva trabajando por ofrecer oportunidades de formación y empleo en este ámbito desde hace años y cuenta con el Programa Por Talento Digital que en el último año 2021 permitió la formación de más de 5.300 personas con discapacidad.
Por tanto, en el día del trabajo y actualmente más que nunca hay que apostar por las capacidades y todo lo que pueden ofrecer las personas con discapacidad, no podemos permitirnos como sociedad desperdiciar esta fuente de talento que representa un grupo poblacional que significa el 9,5% de la población.
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