El mercado de trabajo en España vive una época de expansión. Según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística, el número de ocupados creció en el tercer trimestre del año por encima de los 20 millones de personas, una cifra que no se superaba desde el cuarto trimestre de 2008. Sin embargo, no todos los perfiles se benefician por igual de este auge del empleo. El grupo sociodemográfico de las personas de edad media con un bajo nivel de estudios lleva años perdiendo peso en el mercado de trabajo, y corre por lo tanto mucho más riesgo de ser expulsado del mercado laboral.
“La educación continúa siendo una asignatura pendiente en España”, indica el experto en empleo y CEO de Grupo Implika, Zigor Maritxalar– “Los jóvenes que dejan los estudios entre los 18 y los 24 años se encuentran al llegar a los 30 con una situación de estancamiento profesional o incluso desempleo a largo plazo debido a su bajo nivel de formación.”
Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en los últimos tres años la franja de trabajadores de entre 30 y 44 años ha perdido 475.300 ocupados, de los cuales la inmensa mayoría (368.800) no había alcanzado un nivel de formación secundaria con orientación profesional.
En el mismo período, desde el tercer trimestre de 2018 hasta la actualidad, en la franja de edad de entre 30 y 44 años solo aumenta el número de ocupados entre los trabajadores que han completado la segunda etapa de educación secundaria con orientación profesional (más 37.200 personas, hasta las 852.600).
Formarse más allá de los 30 años
El dato es especialmente relevante porque, de acuerdo con Eurostat, España es el segundo país de Europa con una mayor tasa de abandono escolar prematuro, solo por detrás de Malta (16% en 2020 según los últimos datos).
Por este motivo, cada vez más personas optan por seguir formándose a partir de los 30 o los 40 años. Zigor Maritxalar explica: “En la actualidad, dentro de las formaciones de FP y los cursos profesionales especializados ofrecen muchas facilidades para conciliar los estudios con las responsabilidades de la vida adulta y obtener una titulación de alta demanda en tiempo récord. Es una opción común tanto a los cursos presenciales como a las formaciones online, pero estas últimas están viviendo un gran boom en el último año. Más del 67% de los alumnos que estudian online en Implika son mayores de 30 años y en su mayoría se decantan por formarse en habilidades tecnológicas”.
Los efectos de la crisis del 2008
Según el INE, la edad media de emancipación en España se sitúa en los 29,5 años, una cifra que ya de por sí supone un retraso significativo con respecto a Europa (26,2 años). Así, esta tendencia del mercado laboral que va en contra de los trabajadores a partir de los 30 años con bajos niveles de formación tiene un importante impacto social, porque coincide precisamente con el momento en el que la mayoría comienzan a construir su proyecto vital.
“Esta es una generación que en gran medida se incorporó al mercado laboral en un momento de crisis profunda, lo que ha dificultado que puedan suplir con la experiencia una formación insuficiente o inadecuada”, analiza el Ceo de Implika. “Hace quince o veinte años la FP era muy diferente, y muchas de estas personas no encontraron en su momento una oferta formativa adecuada a sus intereses ni orientada a la empleabilidad. Hoy el abanico de posibilidades es mucho más amplio, tanto en temáticas como en modalidades: presenciales, online o mixto”.
Más de 70.000 mayores de 29 años estudian FP online
Esta es una tendencia que se nota en las estadísticas oficiales de EDUCAbase. A partir de los 29 años se disparan las matriculaciones en Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior.
Según los datos del curso 2019-2020, en el Grado Medio esta franja de edad ya supone un 16,3% del total del alumnado. En la modalidad online son 23.264 alumnos, el 72,7%. En el Grado Superior los mayores de 29 años suman el 23,2% del total. En régimen online son 50.538 alumnos (66%).
Hasta hace pocos años, estudiar se asociaba habitualmente con la juventud y comenzar unos estudios más tarde de los 30 parecía un despropósito. En estos tiempos el mercado laboral español exige el cambio de este paradigma.
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