El mercado laboral es un espejo del tiempo, y el contexto, que le toca vivir. Antes de la pandemia ya sobrevolaba un sentimiento generalizado, sobre todo entre el talento joven, de desazón con el modelo laboral implantado: jerárquico, inflexible, con prácticas heredadas de la era postindustrial. Era evidente que el modelo controlador y rígido que seguía vigente no encajaba con la manera de entender el mundo de las nuevas generaciones, que ya representan más de la mitad de la fuerza laboral, sin embargo, la reinvención del mundo laboral sonaba como un eco de lo que podía ser a largo plazo.
Con la pandemia, muchas organizaciones se han visto obligadas a experimentar con ese futuro del trabajo, que hoy es más presente que nunca: probar nuevas formas de organización, dar el paso al teletrabajo, modelos más flexibles etc. Esa transformación ahora ha pasado a un primer plano. Reinventarse ha dejado de ser opcional y se ha convertido en una cuestión de supervivencia. Y liderando este cambio, tal y como reivindica Sondersland, el evento global de talento joven del mundo, el talento joven es el motor de ese cambio.
Trivu, el mayor ecosistema global de talento, a través de la celebración de sus últimos encuentros: Sondersland de talento joven y Forum, que conectó a los principales líderes nacionales para impulsar la reconstrucción de España tras la crisis del COVID-19, celebrados ambos el pasado mes de septiembre en Madrid y en abierto para todo el mundo, junto con Shakers, la plataforma que conecta empresas con el mejor talento freelance, han identificado las principales fórmulas que marcarán el escenario laboral del futuro.
Tendencias en las nuevas formas de trabajar
Algunas de las empresas más innovadoras y exitosas del mundo (como Netflix o Spotify) han implantado en sus equipos formas de organización más flexibles que les otorgan una mayor agilidad y capacidad de adaptación ante los cambios frenéticos del mercado, y a su vez dan a sus equipos una mayor libertad y autonomía que les hace trabajar más motivados y obtener por ello mejores resultados. Algunas de estas fórmulas son:
- Adiós a la organización jerárquica y piramidal de las organizaciones, hola a las redes de equipos: trabajar con una red ágil de equipo formada por los empleados que forman el equipo core de una organización, junto con el equipo on demand, permite formar equipos multidisciplinares con libertad de decisión para apostar por la innovación y el aprendizaje ensayo-error. Que los empleados sean responsables de sus resultados les hace estar más conectados con el proyecto, y sienten directamente sus éxitos y fracasos aumentando el espíritu emprendedor, la adaptabilidad…
- Proyectos con sentido y propósitos y valores ambiciosos: precisamente para mantener viva la llama de la motivación del empleado, nada como que se levante cada día sabiendo qué hay detrás de su lista de tareas semanales, el por qué más amplio del proyecto y que activa y mueve a todos los miembros del equipo que creen en el. En la lista de prioridades que el talento joven establece a la hora de valorar entrar en una empresa u otra, está en cabeza precisamente esto, encajar con el fit cultural.
- La era actual no encaja con los planes rígidos e inamovibles, con la experimentación y la adaptación constante sí: vivimos en un entorno complejo que se transforma constantemente, tener la libertad para experimentar, virar, fallar y aprender será clave en el éxito de las organizaciones en un contexto en el que es imposible predecir el mañana.
- El ordeno y mando ya no se lleva, ahora se predica con el ejemplo: los jefes ahora son líderes. No vale con imponer qué hacer y cómo, ahora los jefes deben ser el modelo a seguir, fuente de inspiración para sus equipos. Entran al barro si el negocio, o su equipo lo requiere, y no permanecen ajenos a los que pasa en primera línea cruzados de brazo esperando resultados.
- Con libertad y confianza se trabaja mejor que con reglas y control: estos nuevos líderes dan por hecho que su equipo se implica, son autónomos y libres de trabajar cómo, cuándo, dónde y con quien quieran para lograr la mejor versión de ellos mismos, y de sus resultados, y mantener encendida su capacidad de innovar y su creatividad.
- Transparencia total frente a informaciones confidenciales en las empresas: para que esa confianza sea recíproca, las organizaciones deberán proponerse ser cada día más transparentes, responder todas las preguntas de sus trabajadores y que estos siempre tengan acceso a cualquier dato o información relevante que pueda ser crítica para tomar las mejores decisiones en el momento adecuado.
- La tecnología, nuestra mejor aliada: para que todos estos procesos, metodologías y nuevas formas de hacer funcionen y sean globales, la tecnología juega un papel protagonista para mantener a los equipos conectados y alineados. El smart working es una realidad.
En definitiva, el trabajo del futuro se sienta sobre las bases de todo aquello que las nuevas generaciones de talento llevan tiempo pidiendo a gritos: la flexibilidad, la confianza, la libertad y la transparencia de los equipos que pueden, de esta manera, encontrar un equilibrio real entre su vida profesional y personal, y por ello, trabajan más motivados y mejoran sus buenos resultados.
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