OBS Business School publica el informe “Análisis sobre la situación de la inmigración y su repercusión en España y Europa tras la pandemia”, dirigido por Iván Medina, investigador de la escuela. En él se explora el impacto del Covid-19 en la población inmigrante residente en España y destaca la vulnerabilidad y desprotección de una gran mayoría de inmigrantes residentes en nuestro país.
En un contexto de crecimiento económico, las desigualdades sociales y las situaciones de irregularidad administrativa se esconden bajo programas de asistencia sociales y el trabajo de organizaciones no gubernamentales. No obstante, la pandemia ha hecho florecer las penurias sociales y familiares de casi 600.000 inmigrantes irregulares. El informe de OBS indica que existe una precariedad laboral y una desprotección social dirigida al grueso de inmigrantes en España.
Los inmigrantes no comunitarios se han concentrado históricamente en cuatro ramas de actividad especialmente vulnerables: la hostelería, la agricultura, la construcción y el servicio doméstico. Se trata de trabajadores expuestos a una mayor siniestralidad laboral –cinco veces mayor que la de los trabajadores españoles según las estimaciones– y tienen peores condiciones salariales. Según la Encuesta Anual de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística, en el año 2018 el salario medio para el trabajador español se fijaba en 24.009€, el de un inmigrante comunitario era de 20.999€, el de un no comunitario descendía a 16.786€, el salario medio del trabajador africano era de 16.315€, el americano se quedaba en 16.573€ y el de los trabajadores de otros países era de 16.443€.
La pandemia provocó que durante el primer semestre del año 2020 llegaran a España 245.201 inmigrantes, casi cien mil personas menos que durante el mismo semestre del año anterior. Aun así, en julio de 2020 los extranjeros suponían el 11,24% del total de la población de España. La mayoría provenían de Marruecos, seguidos por Rumanía, Colombia, Reino Unido, Italia, China, Venezuela, Ecuador, Bulgaria, Alemania, Francia y Perú.
El informe indica que los inmigrantes de la Unión Europea han perdido ocupación durante los meses de pandemia en todos los sectores salvo en la construcción; los del resto de Europa han ganado ocupación en los servicios y la industria; por su parte, los trabajadores latinoamericanos han incrementado en 2020 su presencia en todos los sectores, especialmente en los servicios; y los inmigrantes del resto del mundo perdieron puestos de trabajo en todos los sectores a excepción de la agricultura.
Al igual que ha ocurrido con los trabajadores de nacionalidad española, en 2020 la tasa de actividad de los inmigrantes descendió hasta el 58,19%, frente al 59,77% del año 2014. Los trabajadores latinoamericanos son el colectivo que a lo largo de este periodo mostraban niveles de actividad más altos, rozando prácticamente el 80%.
El informe de OBS indica que los individuos con mayor nivel de formación cuentan también con una tasa de actividad superior y, frente a ellos, aquellos que solo tienen estudios primarios incompletos, que pasaron de una tasa de actividad del 82,46% en 2019 al 10,30% en 2020.
La inesperada llegada del Covid-19 ha derrumbado nuestra economía, ha agravado las cifras de desempleo y ha forzado situaciones de protección sanitaria especialmente contundentes; pero ha sido especialmente duro para muchos inmigrantes, que están atrapados en un mercado laboral que les reserva los trabajos más precarios. Según Iván Medina, investigador de OBS Business School y director del informe, “es necesario que los medios de comunicación contribuyan a difundir el potencial social, económico y cultural de la inmigración en España para lograr una verdadera integración y fomentar el respeto a la diversidad”.
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