La crisis del coronavirus ha puesto en evidencia la importancia de la educación y la formación como factores clave en el mercado laboral. Según los datos de Asempleo, la pandemia ha tenido un impacto asimétrico en el empleo afectando especialmente a trabajadores con baja formación que desempeñan ocupaciones básicas.
Los trabajadores infracualificados, son que más han sufrido la crisis
Al igual que ocurrió durante la crisis del 2008, los trabajadores con un nivel formativo bajo han sido los principales afectados por la crisis de la COVID-19. Según datos de Asempleo, el 90% de los trabajadores que han perdido su empleo a lo largo del último año tenían un nivel formativo bajo, mientras que el 95% desempeñaban una ocupación básica. Asimismo, de las 700.000 personas que perdieron su empleo durante la COVID-19, el 95% estaba empleado en una ocupación básica, mientras que el 90% tenía un nivel formativo bajo.
Tras el estudio queda constancia de que la crisis se ha cebado especialmente con aquellos trabajadores que compartían ambas características: formación baja y ocupación básica.
La sobrecualificación sigue aumentando
Asimismo, la sobrecualificación es especialmente relevante en actividades como el comercio, la hostelería u otros servicios relacionados con el ocio, donde casi la mitad de los trabajadores (46%) tienen un nivel de formación superior al teóricamente requerido para el puesto.
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