La pandemia mundial que nos ha acompañado durante más de la mitad de este año 2020 está dejando algunos sectores profesionales en una de las mayores crisis que podemos recordar.
Pero no solo hablamos de crisis económica. La incertidumbre que existe con respecto a la apertura de los colegios está creando muchos quebraderos de cabeza a los padres que no saben qué va a pasar con la educación de sus hijos. Si los colegios cierran al poco tiempo de abrir debido a la nueva ola de contagios, la formación académica de los alumnos no se puede detener. Esto y el miedo a juntar a varios niños en las aulas ha fomentado que los padres busquen alternativas para la educación de sus hijos.
Profesores particulares
Según un estudio realizado por la web especialista en empleo jobatus.es, la demanda de profesores particulares ha aumentado un 236% en primaria y un 314% en secundaria.
En algunas Comunidades Autónomas las clases ya han empezado y en otras lo harán esta semana, de momento de manera presencial. Lo que no sabemos es cuánto tiempo permanecerán abiertas, ya que en la mayoría de los centros se prevee cerrar ante la presencia de más de dos casos positivos de grupos diferentes. Es probable que si esto sucede, los colegios vuelvan a impartir las clases de forma telemática, pero lo que está claro es que los padres no están dispuestos a seguir con la incertidumbre del «qué pasará» y muchos han empezado a contratar profesores particulares que ayuden a los niños a avanzar con los temarios. Y es que esto se hace más difícil con la modalidad online, que obliga a los alumnos a ser más autónomos a la hora de estudiar, lo que se complica más aún con los más pequeños.
Profesor y canguro
Otro gran problema a raíz del cierre de los colegios es que, tanto para los padres que pueden teletrabajar, como para los que tienen que ir al trabajo físicamente es muy difícil conciliar la vida laboral y familiar, por lo que ha surgido un nuevo concepto de trabajo.
Se trata de un híbrido entre el profesor particular y el canguro. Y es que el cuidar de los niños ya no es suficiente. Durante esas horas en las que otra persona se ocupa de sus hijos, los padres quieren que esa persona tenga las capacidades adecuadas para sustituir la formación que no se le va a poder dar en el colegio.
Esto ha creado una gran oportunidad laboral para los jóvenes titulados de entre 18 y 35 años que han tenido que sufrir por segunda vez una crisis económica en menos de 15 años, ya que muchos sectores profesionales están sufriendo grandes pérdidas y las contrataciones se han reducido a la mitad.
Super-tutores
A raíz de este gran aumento de la demanda, nos viene a la mente un concepto que surgió hace unos años en Reino Unido: el de los profesores particulares de lujo, que pueden cobrar desde 150€ hasta los 1500€ por una hora de clase. Son licenciados con excelentes calificaciones que sobre todo ayudan a los alumnos a preparar las pruebas de acceso para importantes escuelas o universidades.
Estos super-tutores ya empezaron a llegar a España para trabajar con familias de clase alta. Se quedan a vivir en su casa al más puro estilo au-pair, por lo que con la situación actual perfectamente podrían ejercer de niñera a la vez que continúan con la formación de los niños. Aunque lo más probable es que la mayoría de las familias no puedan permitirse ese lujo.
Pandemic pods
Otra nueva idea para sobrellevar el problema del cierre de los colegios ha surgido en EEUU, y aunque de momento no ha llegado a España, no sabemos si realmente sería eficaz contra los contagios y ni siquiera estamos seguros de su legalidad.
Se trata de los «pandemic pods», grupos muy reducidos de niños que se reúnen en una misma casa con un profesor particular que da clase a todos a la vez. Son mini-escuelas que intentan mantener la famosa «burbuja» aislada, pero de manera que los niños sigan aprendiendo y sobre todo relacionándose con otros niños de su edad, otro tema recurrente cuando se habla del cierre de los colegios. Los niños necesitan relacionarse para crecer equilibrados emocionalmente.
De lo que no estamos seguros es cómo de legal son estas micro-escuelas reducidas ya que, aunque los profesores sean profesionales titulados, las clases se realizan en casas que evidentemente no han pasado por los controles pertinentes que requiere cualquier colegio.
Lo que sí es cierto es que tienen otra gran ventaja y es que se intenta, siempre que el tiempo y el espacio lo permitan, dar la clases al aire libre, donde ya sabemos que es más difícil el contagio. Además es muy beneficioso para los niños estar al aire libre, lo que se conoce como «Escuela Bosque», en la que la naturaleza es el aula.
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