El personal de hostelería debe conocer y dominar la ejecución de los nuevos protocolos, para proteger a los clientes y a ellos mismos, que incluyen:
- Conocer el poder de propagación del virus, sus vías de contagio confirmadas por la ciencia y su sintomatología.
- Las reglas de distanciamiento interpersonal adoptadas al distribuir sus espacios.
- Las pautas de manipulando los alimentos con total higiene y seguridad.
- Saludar y comunicarse sin contacto físico.
- Cuándo y cómo lavarse las manos adecuadamente.
- Gestionar la vestimenta profesional, sin ornamentaciones ni contacto con objetos personales.
- Cuándo son necesarios los EPIs (mascarilla, guantes, …) y cómo manejarlos en su puesta y retirada.
- Identificar y reaccionar adecuadamente ante síntomas o casos confirmados de COVID19 entre los empleados o clientes.
- Cómo desinfectar los objetos, utensilios y equipos que se utilizan durante cada servicio.
- Gestionar debidamente los residuos biológicos (pañuelos, mascarillas y guantes desechados…).
A diferencia de las empresas grandes, la prevención de riesgos laborales suele ser abordada por las pymes como un puro trámite a cumplir formalmente; en cambio actualmente la hostelería busca que se convierta en un posicionamiento e imagen de establecimiento seguro del que alardear para atraer ventas. Saben que los clientes actúan como jefes exigentes, que van a identificar fácilmente los errores que les generen desconfianza, y van a diferenciar el postureo de lo que ‘anuncian cumplir’ respecto a lo que realmente lleguen a hacer en todo momento.
Los meses de confinamiento en casa no habrán conseguido cambiar el hábito de 1 de cada 2 españoles de divulgar en redes sociales sus malas experiencias en restaurantes. Más bien al contrario, la cohesión social para luchar frente al avance del nuevo coronavirus con vidas en juego, muy probablemente, les anime a denunciar más que nunca cada error susceptible de potenciar un contagio.
Para evitar el riesgo de una lluvia de malas reseñas, la experta en neurodidáctica profesional y CPO de Siltom Institute, Maribel Bainad, señala que “en esta carrera por ser el restaurante más seguro, tras una gran inversión por adaptar los espacios y comprar el material de protección necesario, hay que evitar que el personal sea el gran talón de Aquiles que incumpla los protocolos cuándo su jefe no mira. Para ello, es de vital importancia que no sólo tengan conozcan al detalle las pautas de seguridad frente al COVID19, sino que es necesario concienciales de su rol destacado en la trascendencia de aplicarlos correctamente por la responsabilidad social que ello supone. Este objetivo no se conseguirá mandando a los empleados el protocolo por e-mail y pidiéndoles luego que dejen constancia de su firma con un acuse de lectura como propone el Basque Culinary Center”.
Los comentarios están cerrados.