28 de diciembre de 2024

La tasa de empleo de personas con discapacidad se sitúa 40 puntos por debajo de la de la población en general

La tasa de empleo de personas con discapacidad se sitúa 40 puntos por debajo de la de la población en general

La tasa de empleo de las personas con discapacidad (25,5%), dista significativamente de la de la población en general, que se sitúa en el 65,9%, estableciéndose así una diferencia de más de 40 puntos porcentuales. Solo una de cada cuatro personas con discapacidad tiene empleo.

Aunque a día de hoy desconocemos cuál será el impacto de la crisis sanitaria, antes de la pandemia en nuestro país, más de 1.250.000 personas con discapacidad estaban inactivas laboralmente. Si esta cifra va a variar, es pronto para saberlo. 

Estos son algunos de los datos que recoge el Informe 5 del Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de la Fundación ONCEpresentado de forma telemática durante un webinar en el que han intervenido  Alberto Durán, vicepresidente ejecutivo de Fundación ONCE; Virginia Carcedo, secretaria general de Inserta Empleo; Pedro Fernández Alén, secretario general de Cepyme; Raúl Grijalba, presidente ejecutivo de ManpowerGroup España; Pedro Moneo, CEO de Opinno; Luis Cayo Pérez Bueno, presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi); y Laura Jimena Sevilla, manager de RRHH de Microsoft Ibérica.

El salario medio bruto anual de las mujeres con discapacidad es de 17.730, euros frente a los 21.079 que reciben los hombres del colectivo, lo que arroja una brecha salarial de algo más del 16 por ciento. También existe diferencia respecto a las mujeres sin discapacidad que perciben por este concepto 20.606 euros.

Según las últimas cifras recopiladas en el Informe, en España se registran un total de 1.899.800 personas con discapacidad entre los 16 y los 64 años, lo que representa un 6,3% del conjunto de la población. Desde 2008 el colectivo ha crecido en 1.026.500 personas, lo que supone un incremento de la tasa de prevalencia de 3,5 puntos. 

Empleo

Los indicadores vinculados al empleo muestran notables diferencias entre la población general y las personas con discapacidad lo que evidencia la complejidad del acceso al empleo de estas últimas. 

Así, un total de 1.254.200 personas con discapacidad están inactivas laboralmente. La principal causa de ello es la situación de incapacidad permanente (62,3%) que está vinculada a la percepción de las pensiones que en el actual precario mercado laboral se constituyen como un elemento de garantía económica, difícilmente renunciable en un escenario de inestabilidad contractual y bajos salarios. 

Por otra parte, las 78.343 personas con discapacidad paradas de larga duración, suponen el 54,6% del total de desempleados y afecta en mayor medida a las mujeres, los mayores de 45 años y a aquellos sin formación o con estudios primarios. Dentro del entorno de la actividad laboral, el panorama no resulta tampoco positivo. 

En 2018 se realizaron 339.119 contratos a personas con discapacidad, dato que representa el 1,5% del total de los realizados en ese ejercicio.  En cuanto al índice de rotación en la contratación alcanza su cota más alta y se posiciona en 2,2 puntos.

Del total de contratos realizados al colectivo, exclusivamente 36.938 se establecieron como contratos específicos para personas con discapacidad (10,9%). Circunstancia que podría apuntar hacia una falta de información en este sentido del mundo empresarial.

A estos datos de baja contratación laboral se une la precariedad laboral a la que se enfrentan.  La tasa de temporalidad es del 89,3%, el índice de rotación crece año tras año, y el salario medio anual bruto de las personas con discapacidad, se fija en 19.726,2€, un 16,8% menos que la población general. Desde 2010, ese salario se ha visto reducido en 827€; situación que no se reproduce en la población general en la que el incremento salarial es tenue pero constante.

Además, el salario medio bruto anual de las mujeres con discapacidad es de 17.730, euros frente a los 21.079 que reciben los hombres del colectivo, lo que arroja una brecha salarial de algo más del 16 por ciento. También existe diferencia respecto a las mujeres sin discapacidad que perciben por este concepto 20.606 euros.

La alternativa del empleo por cuenta propia alcanza una tasa entre las personas con discapacidad del 11,2% (54.900 personas), frente al 15,7% entre la población sin discapacidad.

Respecto a las prestaciones económicas, 942.953 personas con discapacidad reciben pensiones no contributivas por incapacidad permanente, con un importe medio mensual de 946,19 €.

Formación

En cuanto al nivel formativo, el Informe 5 de Odismet identifica a 92.200 personas con discapacidad sin estudios, lo que representa el 4,9% del colectivo. En el caso de la población general, apenas representan el 0,4%. Los porcentajes más altos se encuentran entre las mujeres, las personas con discapacidad intelectual y en las comunidades autónomas de Canarias, Andalucía, Murcia y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. 

Las que han alcanzado estudios superiores, suponen un 16,9%. Dentro de este porcentaje priman las mujeres, las discapacidades de tipo sensorial, y las comunidades de Aragón, Navarra, País Vasco y La Rioja.

La formación aparece como una variable relevante en la situación laboral de las personas con discapacidad ya que los mayores niveles formativos favorecen una posición activa hacia el empleo.  En concreto, su tasa de actividad es del 2,4 por ciento entre las que no tienen estudios; del 19,7 en el caso de que sean primarios; 36, 8 por ciento en los secundarios y del 53 por ciento en las que han cursado estudios superiores. 

Atendiendo al género, las mujeres tienen mayor presencia en el nivel sin estudios que los hombres (4,7 y 5 respectivamente) no obstante, también tienen más presencia en los estudios superiores (19, 8 frente al 14 por ciento).

Poblacionalmente, las áreas con mayor densidad conducen a niveles formativos más elevados (un 20,3 por ciento tiene estudios superiores). El dato más alto en la categoría `sin estudios´, se ubica en las zonas de densidad media (58,7 por ciento). 

Atendiendo al tipo de discapacidad, las sensoriales son las que en mayor medida alcanzan estudios superiores. En contraposición, se registra un 26,1% de personas con discapacidad intelectual sin estudios.

En España se registran 219.720 alumnos con necesidades educativas especiales. El 83,4% cursa sus estudios en centros integrados, lo que refleja un avance social hacia la inclusión de las personas con discapacidad.

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