España cuenta ya con casi nueve millones de trabajadores en situación económica de paro y podrían ser incluso más. Y es que según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, sumando los afectados por ERTEs, los autónomos que han solicitado la prestación por cese de actividad y los desempleados, nos situaríamos en una cifra claramente superior a los ocho millones.
– Expedientes Temporales de Regulación de Empleo: más de 4 millones
Desgranando por ‘tipos’, los ERTEs, que se han convertido en la alternativa más usada por las empresas que han visto reducida o suspendida su actividad, afectaban la pasada semana a 3.236.826 trabajadores, aunque este dato no registra a aquellas empresas que tienen centros en más de una autonomía.
Contando esta última circunstancia, la cifra podría aumentar en 800.000 empleados, lo que situaría el número empleados en suspensión temporal de empleo por encima de los cuatro millones, más de un cuarto de los afiliados al régimen general de la seguridad social y a los regímenes especiales agrario y de empleados del hogar en marzo.
Por autonomías, las más afectadas son Canarias, Galicia y Castilla y León, mientras que las menos afectadas por el momento son Extremadura, Murcia y Galicia.
– Autónomos: 1,12 millones ya han solicitado la ayuda por cese de actividad
Hablando de los autónomos, más de un millón ya han solicitado la prestación por cese de actividad. En concreto, 1.120.000 millones de autónomos, un tercio del total de los trabajadores por cuenta propia con los que cuenta nuestro país.
– Parados: 3,7 millones de desempleados
Para rematar, hablando del paro, del desempleo al uso, más allá de ERTEs, hasta el 20 de abril, el SEPE contabilizaba 3,7 millones de parados.
Un 40% de la población activa, en desempleo
Con todo, la suma sería de prácticamente nueve millones de personas en situación temporal o definitiva de desempleo, lo que supone el 40% de la población activa contabilizada en el mes de diciembre que era de 23 millones. Un dato que deja bien a las claras la dramática situación que vive nuestro país en materia de empleo y, por ende, económica.
No en vano, pese a que muchas empresas afirman que la obligatoriedad de mantener el puesto de trabajo durante seis meses después de un ERTE, desde CCOO aplauden las medidas: «Sin ese mecanismo se habrían destruido al menos seis millones de empleos, los ERTE son una inversión que ahorra esos daños», reconoce Carlos Bravo, secretario de Políticas Públicas de Comisiones Obreras.
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