La actividad y el empleo de las empresas vinculadas a las tecnologías digitales ya han empezado a reflejar una desaceleración moderada, y ello, a pesar de que los indicadores económicos que analiza cada mes TIC Monitor para ver el rumbo de los servicios digitales en España no capturan aún en toda su dimensión el impacto del Covid‐19 en las actividades empresariales.
Según la última entrega de este barómetro elaborado por la empresa líder en soluciones digitales VASS y el Centro de Predicción Económica CEPREDE, la evolución de la cifra de negocio de las TIC marca el peor registro desde abril de 2017, con un crecimiento interanual de facturación del 0% (entre enero 2019 y enero 2020, los últimos datos disponibles).
Esto, sumado a que también se aprecia un deterioro en términos interanuales de contratación laboral –por primera vez en 33 meses desciende de +4%, quedándose en un +3,8%— y que las expectativas de creación de empleo a corto plazo reflejan el peor dato desde octubre de 2019 –tan sólo un +26 en una escala de +/‐100–, hace esperar que las cifras oficiales de marzo y abril “serán drásticas”.
Así lo anticipa Antonio Rueda, director de VASS Research y responsable de TIC Monitor, quien señala que, incluso aplanando los factores coyunturales que se han producido en el último trimestre, el crecimiento anual promediado de las TIC es del
+1,7%, es decir, por debajo del +2,8% registrado por el sector servicios en su conjunto en este mismo periodo.
Motivos para el optimismo
Pese a todo, Rueda advierte de que no se pueden perder de vista otros datos que permiten dar un “mensaje parcialmente positivo” como es el de que serán los sectores vinculados a las nuevas tecnologías los que estén entre los menos afectados por la pandemia.
Por un lado, TIC Monitor señala que, en términos tendenciales, la demanda de talento especializado creció un +4,2%, una cifra muy superior, en este caso, a la del sector servicios en su conjunto, que creció apenas un +1,1% en el mismo periodo. Además, un 63% de los empresarios TIC señaló en marzo que esperaba un crecimiento de contratación en los próximos tres meses, frente a un 37% que apuntó a una destrucción de empleo.
Por otro lado, y aunque esta información no recoge plenamente el efecto que a buen seguro recogerán próximas entregas, la actual crisis dibujaba también, en las encuestas de marzo, mejores perspectivas para las empresas vinculadas a las tecnologías que sus homólogas europeas. Así, en lo referente a la facturación, marca una puntuación de +34,1 puntos (en una escala de +/‐100), una cifra muy superior al +4,5 registrado por el entorno comunitario. Según apunta Antonio Rueda, “habrá que estar atentos al próximo Índice de Clima, que puede dibujar un previsible deterioro”.
“Con todo, la evolución de estas percepciones, como la de la economía en general, depende del tiempo que tome la economía en recobrar su normalidad, superando las limitaciones de movimiento impuestas desde el ámbito sanitario. Nosotros hemos llegado a estimar que la caída máxima del PIB podría tocar un suelo del -12% para el primer semestre. Cómo recuperemos el tono después y cómo termine 2020, dependerá mucho de las estrategias de un Gobierno cuya desorientación estratégica le hace prisionero del corto plazo”, concluye Rueda.
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