Los estudiantes titulados de ciencias de la salud y las ingenierías tienen una mayor demanda laboral que los de humanidades o ciencias sociales. Así de explícita ha resultado ser una de las principales conclusiones del estudio del IVIE, Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, dirigido por Antonio Villar. Las tasas de afiliación a la seguridad social varían entre el 92,1 por ciento de Medicina y el 51 por ciento de Bellas Artes; el desempeño de ocupaciones propias de universitarios oscila del 99,7 por ciento de Medicina al 14 por ciento de Turismo; y mientras las bases de cotización de los médicos superan en promedio los 34.000 euros, no alcanzan los 16.000 euros en los titulados en Conservación y Restauración de Patrimonio. En definitiva, actualmente, la situación laboral personal depende, en gran medida, de la carrera universitaria que se decide estudiar.
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades publicó en julio de este año un informe que permite abordar cómo es la inserción laboral de los universitarios, diferenciando un centener de campos de estudio. Además, ofrece datos de Seguridad Social sobre la inserción laboral de los estudiantes egresados en el curso 2013-2014, siguiéndoles hasta cuatro años después de concluir sus estudios para evaluar si los puestos de trabajo conseguidos se ajustan a la formación recibida y a los salarios que obtienen.
La inserción laboral tiene que ver con lograr un empleo, pero también con la calidad del mismo. Según los datos sacados del informe, el 78 por ciento de los egresados en alguna titulación asociada a ingeniería y arquitectura presentan una inserción laboral superior a la media. Sin embargo, este porcentaje se invierte en el caso de las ciencias sociales y las humanidades donde el 80 por ciento y el 86 por ciento de sus egresados respectivamente, tienen una inserción laboral inferior a la media.
Ciencias de la salud
El índice de las disciplinas con mejor inserción triplica al de las situadas en la cola. El ranking lo encabezan las ciencias de la salud -Medicina, Enfermería, Óptima- y las ingenierías -Aeronáutica, Tecnologías Industriales, Computadores, Energía, Telecomunicación, entre otras-, y también en posiciones avanzadas aparecen Matemáticas y Educación primaria. La mayoría de disciplinas que componen estas ramas tienen índices de inserción superiores a la media.
En cambio, en las últimas posiciones del ranking se sitúan titulaciones de las ramas de ciencias sociales y humanidades -Geografía, Comunicación, Criminología, etc.-, cuyos índices son mayoritariamente inferiores a la media.
El 86% de los egresados en humanidades tiene una inserción laboral menor
En este sentido, se observa que las posibilidades de inserción laboral de las distintas titulaciones no tienen relación alguna con el volumen de egresados. Esto apunta a un serio desajuste entre oferta formativa y empleabilidad que no es uniforme. En este sentido, los campos con mejores resultados de inserción atraen un volumen de estudiantes más que proporcional, pero conforme se desciende en el indicador, esta relación positiva se va diluyendo y hay campos de estudio con muchos estudiantes y baja oportunidad en el mercado laboral.
Al desglosar esta clasificación por género, la presencia en los distintos campos de estudio de mujeres y hombres es desigual. El 60 por ciento de los egresados universitarios son mujeres, con una participación proporcionalmente mayor en los campos relacionados con la salud, la educación, las lenguas y las matemáticas sociales. No obstante, resultan minoritarias en casi todas las ingenierías.
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