El Banco de España asegura que la economía española está mostrando una «resistencia notable», aunque en el segundo trimestre habría crecido un décima menos que en el primero, el 0,6 %, si bien alerta de que el empleo habría frenado su ritmo de avance en mayor medida, al 0,4 %, tres décimas menos.
De acuerdo con el informe trimestral de la economía española publicado este jueves por la entidad, la coyuntura económica sigue sometida a riesgos a la baja significativos que proceden de un entorno exterior incierto marcado por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, pero también de las dudas en el ámbito interno ante la falta de Gobierno.
La creación de empleo se ralentiza más que la economía, que prácticamente mantiene su ritmo de crecimiento por el dinamismo del consumo, que a su vez se apoya en la continuada mejora de la situación patrimonial de las familias y en la persistencia de unas condiciones financieras holgadas, además de en el repunte de los salarios.
Junto con la fortaleza del consumo de los hogares, que podría haber acelerado su crecimiento al 0,5 % trimestral, el dinamismo de la inversión en vivienda también habría contribuido al crecimiento, aunque la entidad subraya que el comportamiento del mercado inmobiliario es heterogéneo, con avances más acusados en grandes ciudades y zonas costeras.
El Banco de España tiene dudas de que el consumo pueda seguir manteniendo mucho tiempo el vigor actual, dado que la tasa de ahorro está cercana a su mínimo histórico y el crédito al consumo apunta a una desaceleración tras observarse un endurecimiento de las condiciones y una menor demanda.
Además, el crecimiento de la inversión empresarial ya habría empezado a contenerse tras el fuerte avance registrado en el primer trimestre, lo que se achaca a la incertidumbre sobre la política económica que seguirá el nuevo Gobierno y a los riesgos que pesan sobre los intercambios comerciales exteriores.
Frente a la aportación positiva de 0,7 puntos de la demanda interna (consumo e inversión), el sector exterior (exportaciones e importaciones) habría restado 0,2 puntos al avance de la economía española en el segundo trimestre con perspectivas de que ese tono contractivo se mantenga en los próximos meses.
Una de las ramas que más está contribuyendo a lastrar las ventas al exterior es la del automóvil, afectada entre otras cosas por el impacto negativo que ha supuesto la nueva normativa de emisiones europeas, sobre todo en Alemania, y sin que haya expectativas de una pronta recuperación.
La debilidad del sector del automóvil contrasta con la continua mejoría de las exportaciones de servicios turísticos, que se apoya en el aumento del gasto medio por turista y de las entradas de turistas extranjeros.
Las importaciones también están acusando la debilidad del comercio internacional, dado que una parte importante de las compras al exterior está relacionada con la fabricación de productos que después se exportan.
Respecto a la inflación, el Banco de España señala que las presiones externas al alza sobre los precios son moderadas, a pesar del encarecimiento reciente del petróleo.
Asimismo, destaca que los mayores costes laborales en el ámbito interno tampoco se están trasladando a los precios porque los márgenes empresariales están absorbiendo las subidas salariales.
Sobre el déficit recalca que las cuentas de las Administraciones Públicas siguen estando en desequilibrio, pese a haberse cerrado el procedimiento de déficit excesivo (PDE) en el que España ha estado durante una década, y avisa del riesgo de incumplimiento de las recomendaciones de Bruselas para este año.
Ante esta situación plantea que se intensifique la consolidación presupuestaria porque la considera necesaria para aumentar la resistencia de la economía y del empleo frente a eventuales perturbaciones.
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