La tasa de absentismo laboral se define como el porcentaje de las horas no trabajadas (sin contar vacaciones, festivos ni horas perdidas debido a Ertes) respecto a la jornada pactada efectiva. Este año la tasa en España ha marcado un nuevo récord tras cinco años incrementándose, alcanzando el 5,3 por ciento –una décima más que el pico anterior, alcanzado en 2009–, según el VIII Informe Adecco sobre Absentismo del Adecco Group Institute.
Para hacerse a la idea del impacto real, equivale a que hubo 753.000 asalariados que no trabajaron en todo el año, cifra que conlleva un incremento con relación a los 701.000 asalariados no trabajando de 2017. Asimismo, si se analiza según la horas no trabajadas por absentismo, parecen seguir un patrón estrechamente ligado al nivel de actividad económica, alcanzando en 2018 la cifra más alta desde 2009: 87 horas anuales por trabajador.
En términos monetarios, el coste del absentismo laboral en España alcanzó los 85.100 millones en 2018, un 10 por ciento más, según Adecco. Desglosado, el gasto en prestaciones económicas asciende al entorno de los 4.500 millones de euros, el coste directo para las empresas es de 6.900 millones de euros, y el coste de oportunidad, en términos de la producción de bienes y servicios que se dejaron de producir, ronda los 70.740 millones de euros.
Comunidades autónomas
En cuatro regiones, en promedio, hay una pérdida de más de 100 horas anuales por asalariado debido al absentismo –cifra que equivale a la pérdida de 12 jornadas y media de ocho horas diarias–. Se trata de País Vasco (126 horas), Navarra (112 horas), Asturias (103 horas) y Castilla y León (102 horas).
En el caso contrario, solo hay dos comunidades en las que la pérdida anual por trabajador es inferior a las 70 horas anuales. Son los casos de Baleares (44 horas) y Andalucía (66 horas). Además, 15 de las 17 autonomías incrementaron su tasa de absentismo entre 2000 y 2018. Las únicas que se libraron de esta tendencia en ascenso fueron Cantabria y Cataluña.
Sector de actividad
Atendiendo a los sectores de actividad durante este último año, la Industria exhibe la tasa de absentismo más elevada, mientras que la Construcción presenta la situación opuesta. En 2018, el sector Industrial muestra una tasa de un 5,6 por ciento, su máximo histórico.
En los Servicios –el sector con un absentismo más elevado el pasado año– la tasa de absentismo es de un 5,4 por ciento, su máximo histórico, y la Construcción ofrece la menor tasa de absentismo, que se coloca en el 3,6 por ciento.
Por otro lado, según la sección de actividad, las vinculadas al cuidado de la Salud, Administraciones Públicas y Defensa e Industrias extractivas son donde se pierden más de 100 horas anuales por absentismo.
En el otro extremo, en donde el número de horas no trabajadas por absentismo es más reducido está integrado por la Hostelería, Actividades inmobiliarias, Educación y Actividades profesionales, científicas y técnicas.
Empleados sénior
El 88 por ciento de las corporaciones cree que la edad avanzada no es un factor que predisponga al absentismo porque, aunque puede estar relacionado con la desmotivación o la falta de vinculación del trabajador con el proyecto, la edad no es un factor determinante.
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