Este próximo domingo entra en vigor el Decreto Ley de protección social que busca poner fin a la precariedad laboral, y que incluye la obligación por parte de las empresas de que sus empleados realicen el registro de las horas de su jornada laboral. Esta iniciativa legislativa busca terminar con algunos de los datos reflejados en la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2018, donde se muestra que 797.000 trabajadores españoles realizan horas extra en sus trabajos y el 48% de ellos declaran no cobrarlas. En este sentido, según el último estudio elaborado por IWG, principal proveedor de espacios de trabajo flexible, en España casi la mitad de los profesionales liberales (46%) hace más de 4 horas extra semanales. Igualmente, según el estudio esta normativa entra en contraposición con las actuales tendencias laborales, que se orientan hacia un modelo de trabajo flexible, en el que empresa y trabajador puedan organizar su tiempo y su jornada laboral de forma más óptima.
Con las reivindicaciones del 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, aún recientes, IWG recuerda que el nuevo escenario laboral se aleja del modelo tradicional de jornada de 8 horas ininterrumpidas en una misma oficina. Los datos obtenidos en su encuesta global, entre más de 15.000 encuestados de 80 nacionalidades diferentes, reflejan que las nuevas formas de trabajo ofrecen a las personas la libertad de decidir dónde, cuándo y cómo trabajar.
El 83% de los trabajadores rechazaría un puesto que no oferte trabajo flexible
El estudio muestra cómo actualmente los espacios de coworking además de ser impulsores clave de la flexibilidad son capaces de atraer y retener el talento de los trabajadores. De hecho, el 83% de los encuestados a nivel mundial afirma que, entre dos trabajos con características similares, rechazarían aquel que no ofertara trabajo flexible.
De hecho, esta encuesta señala que el trabajo flexible ha ayudado al 77% de las empresas a ser más productivas y exitosas. Por este motivo, el 62% de las compañías a nivel mundial ya tienen políticas de flexibilidad, lo que se traduce en que cerca de la mitad de los empleados ya pasan 2,5 días a la semana de media fuera de sus oficinas centrales.
Conciliación de la vida laboral y personal
En lo referente a la mejora en la calidad de vida de las personas, la flexibilidad aumenta la satisfacción de los trabajadores al ayudarles a conciliar su vida personal y laboral. Desde la reducción de los tiempos de desplazamiento al trabajo y el estrés que estos generan, a una mejor organización de las cargas familiares, la flexibilización de las horas de trabajo se postula como el pilar de la conciliación.
Sin embargo, el estudio también recoge la dificultad de cambiar una cultura laboral mucho más rígida que ha sido la norma habitual durante mucho tiempo. Y precisamente es España quien lidera la tabla de países con mayor resistencia al cambio, con más de dos tercios de responsables de negocio que han expresado sus dudas a la hora de transicionar hacia un modelo de trabajo flexible.
Philippe Jiménez, country manager de IWG Group España, comenta: “Las nuevas tecnologías permiten que tengamos la posibilidad de realizar nuestro trabajo desde cualquier lugar y en cualquier momento. Las compañías son cada día más conscientes de todos los beneficios que tiene el trabajo flexible y de su positivo impacto en el rendimiento, la motivación y la satisfacción en el trabajo. Desde IWG confiamos en que las empresas formen parte del cambio y apuesten por estos espacios especialmente pensados para impulsar la creatividad, la productividad y establecer una comunidad profesional dinámica”.
Los comentarios están cerrados.