Los registros laborales de febrero se comportan ligeramente peor de lo esperado. La afiliación crece en 69.172 personas (75.000 previstas) y el paro registrado aumenta en 3.279 personas (una caída esperada de 6.000) respecto al mes anterior. De cara a los próximos tres meses, nuestro indicador apunta a que se mantendrá la senda de desaceleración en el ritmo de creación de empleo, si bien aún en tasas elevadas.
El efecto base del cambio de mes de la Semana Santa con respecto al año pasado (en 2019 tendrá lugar en el mes de abril cuando en 2018 se produjo en marzo) podría acentuar la moderación en el ritmo de creación de empleo en marzo para posteriormente acelerarse de nuevo en abril. En cualquier caso, el avance de la ocupación oscilaría en el entorno del 2,5% interanual.
Para el conjunto del año, el indicador prevé un aumento de la ocupación de 409.000 personas, correspondiente a un crecimiento del 2,1%. La desaceleración es más que evidente teniendo en cuenta que en los últimos años se han venido creando en España más de medio millón de puestos de trabajo anuales.
La tasa de paro, por su parte, experimentaría una reducción hasta el 13,9% en promedio anual, confirmándose así la progresiva recuperación del mercado de trabajo.
Valoración de Andreu Cruañas, presidente de ASEMPLEO
«El mercado de trabajo sigue dando pequeñas sorpresas negativas en este comienzo de 2019. Las tasas interanuales tanto de aumento de la ocupación como de reducción del paro siguen siendo saludables, pero se detectan algunas señales que aconsejan cautela y seguimiento estrecho. Es el primer febrero con aumento de paro desde 2016 y el número de contratos se ha desacelerado de manera muy notable, lo que apunta a una pérdida de dinamismo en los flujos de entrada y salida al mercado. La actividad económica durante el mes se ha resentido por la debilidad industrial y comercial en las principales economías del euro, lo que podría hacer mella en las decisiones de contratación de los próximos meses. Junto con el efecto calendario de la Semana Santa, los tres primeros meses del año confirmarían la previsión de una desaceleración suave pero continua en la creación de empleo y la reducción del paro. Con la pérdida de impulso del ciclo, cada vez serán más determinantes los mecanismos microeconómicos que ayudan al funcionamiento del mercado»
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