El 66,5% de los jóvenes de entre 16 y 24 años trabaja, lo que supone la tasa de empleo juvenil más alta desde 2008 (71%), antes de la crisis, según ha detallado este martes la empresa de recursos humanos Randstad a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del cierre de 2018.
Por entonces casi un millón de jóvenes estaban trabajando, gracias a cinco ejercicios consecutivos de avances en la tasa de empleo joven, que, sin embargo, aún está lejos de países del entorno como Portugal (79,8%) o Francia (78,9%), y sólo supera en Europa a Italia (65,3%) y Grecia (56,4%).
Desde que en 2013 tocó fondo (45,1%), esta tasa se ha ido recuperando y ya son 996.800 los profesionales menores de 25 años que trabajan, un 7% más que hace un año. El 80,3% ejerce en el sector servicios.
La tasa de ocupación de los jóvenes con estudios superiores (75,2%) es más de 30 puntos superior a la de quienes sólo tienen formación primaria (42,6%).
Baleares es la comunidad con mayor tasa (77,3%), seguida del País Vasco (77%) y Navarra (76,6%). La más baja se sufre en Extremadura (49,7%), la única donde es inferior al 50 %.
A a mayor nivel educativo, mayor tasa de ocupación
El análisis de Randstad también evidencia una relación directa entre la formación del profesional y sus oportunidades en el mercado laboral, de forma que a mayor nivel educativo alcanzado, mayor es la tasa de ocupación entre los trabajadores más jóvenes.
En concreto, el porcentaje de los profesionales que cuentan con formación superior es del 75,2%, la segunda tasa más elevada desde 2009, con 279.300 empleados. Con respecto a 2017, la tasa ha caído un 1,5% tras cuatro años consecutivos de crecimiento.
Tras los menores de 25 años con formación superior, los profesionales que cuentan con estudios secundarios tienen la segunda tasa de ocupación más elevada, del 65,2%, con un total de 683.900 profesionales, un 12,2% más.
En el lado opuesto, se sitúan los empleados menores de 25 años con formación primaria, que presentan una tasa de ocupación del 42,6%, ya que solo 33.600 jóvenes con estudios primarios tienen un trabajo, un 17,2% menos.
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