La flexibilidad en la jornada laboral es un factor cada vez más importante para los trabajadores, que buscan equilibrar con éxito la vida personal y profesional. Sin embargo, es un objetivo que está lejos de cumplirse en España, donde los trabajadores, entre la jornada de trabajo, la pausa para comer y el desplazamiento, pasan fuera de casa entre 10 y 12 horas fácilmente.
En concreto, el 80% de los trabajadores concede una gran importancia a poder trabajar de forma flexible y remota, según un estudio elaborado por Sage, tras encuestar a 3.500 personas. Sin embargo, el 90% de las empresas españolas decide totalmente el horario de sus trabajadores, según un estudio del Instituto de Política Familiar recogido por IMF Business School. A esto hay que sumar que el 65% de los trabajadores españoles afirma trabajar fuera del horario laboral.
«Darle al empleado un mayor control de su horario de trabajo es bueno para el trabajador, y bueno para el negocio», concluyen desde Sage. Su estudio señala que el tiempo verdaderamente productivo de los trabajadores en la oficina es inferior a las 30 horas de media a la semana. El resto del tiempo están presentes pero no trabajando, aseguran. «Dar al empleado la libertad de trabajar como mejor le convenga puede ayudar mucho a eliminar la falta de productividad», insisten desde Sage.
Beneficios
Además, una mayor flexibilidad ayuda a los trabajadores a sentirse más valorados y aceptados, un aspecto más importante que otros beneficios como puede ser contar con comida gratis o zonas de juegos. «Dar al empleado la libertad de trabajar a su manera demuestra que se confía en ellos y les impulsa a dar lo mejor de sí mismos», apuntan desde la compañía.
«Las normas de cumplimiento de horarios se han relajado en favor de cumplimiento de tareas, con esto se favorece una mayor conciliación y, por tanto, más felicidad para el trabajador y, como consecuencia, mayor productividad», asegura Carlos Martínez, presidente de IMF Business School y experto en temas laborales.
También hay que valorar los efectos de una mayor flexibilidad en la salud y el bienestar del empleado. «La falta de flexibilidad laboral aumenta el agotamiento físico y mental que sufren los trabajadores por la falta de descanso, entre una jornada y otra. Provocando problemas de salud a medio plazo, como insomnio, ansiedad o problemas musculares», advierte Martínez. «La flexibilidad permite reducir el estrés», aseguran desde Sage, en el mismo sentido.
El tiempo de verdad productivo de los trabajadores es menos de 30 horas a la semana
Pero, una vez que una empresa decide apostar por dar una mayor flexibilidad a sus trabajadores, ¿qué tiene que hacer? «Para poder realizar todos los cambios la tecnología es una aliada imprescindible, pero no es la única. También es necesario remover o al menos modificar la estructura del negocio y de manera transversal, desde la cúpula hasta la última persona que se haya incorporado a nuestra empresa», advierte Martínez. «Hay que cambiar el chip y la manera de gestionar el día a día. Horario flexible, teletrabajo, mayor autonomía del empleado……es una revolución empresarial y también cultural», apunta.
Además, insiste el experto, «hay que tener en cuenta que todo cambio implica un coste, y éste depende del tamaño de la empresa, de su sector de actividad, de las posibilidades de flexibilización que se puedan llevar a cabo…». «En todo caso, la inversión, en una decisión de este tipo, debe ser dimensionada y se pondrá en práctica siempre que conlleve rentabilidad al negocio y lo que es más importante, mejora el clima laboral de la compañía», defiende el experto.
Obstáculos para las empresas
Pero si tan evidentes parecen las ventajas de aplicar una mayor flexibilidad de horarios en las empresas, ¿por qué no se hace más? «Más del 90% de las compañías en España son pymes, y tienen menos recursos económicos y humanos para poner en marcha estos cambios», explica el presidente de IMF Business School. Además, pide no olvidar «que es inevitable cierto miedo ante lo desconocido, ante el cambio. Y eso afecta a todas las empresas». Es un cambio que cuenta con varios riesgos para las compañías. El principal, que no funcione. «Las medidas de colaboración, los procesos y las dinámicas de trabajo deben estar muy bien definidas, si esto no se ha previsto, el funcionamiento puede fallar», insiste Martínez.
También este sistema tiene riesgos para los trabajadores. «El teletrabajo no debe confundirse con una disponibilidad 24/7 en cualquier puesto de trabajo, sino con la posibilidad de cumplir tareas y objetivos del proyecto», alerta el experto. «Deberán establecerse las reglas de colaboración de una forma clara y transparente antes de dar el paso al cambio», asegura.
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