Un cambio de rumbo y más diálogo es lo que pedía la comunidad educativa. La empresa, por su parte, pide perfiles de egresados que no sólo tengan buen expediente académico, sino también las competencias más demandadas en el mercado laboral en ámbitos de trabajo en equipo, proactividad… Y para ello, la universidad debe reiventarse y apostar por implementar formación en soft skills.
En esta década, más de un millón de españoles se han mudado al exterior, en especial, jóvenes talentos en busca de un camino profesional mejor que el paro y precariedad que ofrecía España. El gobierno actual también debía asumir la batalla de sacar adelante la estabilización laboral de los investigadores en OPI, consorcios y fundaciones científicas, la elaboración del Estatuto del Personal Investigador en Formación (Epif) y atajar la fuga de cerebros, es decir, recuperar a los científicos españoles que se han ido al extranjero, más de 12.000 desde 2010, según datos de la Comisión Europea.
Hoy, en el contexto actual de recuperación económica, unido a la altísima demanda de titulados por parte de las empresas, hace que éstas deban desarrollar estrategias de acercamiento y posicionamiento para atraer el talento que necesitan.
El envejecimiento de la plantilla también preocupa mucho a los jóvenes, que ven la falta de oportunidades dentro de la propia universidad y ahogan las expectativas de poder trabajar en España. La fuga de cerebros y la retención de talento serán las claves para diferenciarnos de nuestros vecinos en cuanto a excelencia e innovación. Algunos países como Suiza o EEUU cuentan con ratios de retención del talento del 100%, sobre todo el que proviene de la universidad.
Fuga de cerebros
Según el Foro Económico Mundial, en España un 27% de los premios extraordinarios de fin de carrera se ha marchado a otros países para trabajar.
Por ello, ya hay algunas instituciones de educación superior que están trabajando en ello. El Ayuntamiento y la Universidad de Salamanca (USAL) han diseñado un plan, que se iniciará a finales de este año, para «retener talentos» y potenciar la incorporación de jóvenes graduados a grupos de investigación salmantinos con el objetivo de hacer «una ciudad inteligente y abierta». Con este programa se trata de generar mayor valor añadido en la ciudad, crear más riqueza y empleo, así como adaptar la ciudad al siglo XXI. La USAL será la encargada de contratar a los candidatos seleccionados, por un periodo máximo de dos años, así como de realizar el seguimiento y la evaluación anual de cada uno de los proyectos desarrollados en el programa.
La Universidad de Málaga (UMA) también ha lanzado una nueva convocatoria de contratos predoctorales financiada por el Plan Propio de Investigación y Transferencia, como complemento a las Ayudas Nacionales para la Formación de Profesorado Universitario FPU, a través de las cuales ya se han incorporado 34 jóvenes investigadores.
La Universidad Politécnica de Valencia lanzó esta semana el programa de captación de talento, para ayudar a los jóvenes universitarios a incorporarse al mercado laboral, tras el éxito de la tercera edición con un 65% de contratados.
También hay algunas empresas como la farmacéutica Roche que tienen programas para que los mejores no se vayan fuera. Las becas Stop Fuga de Cerebros ponen a disposición de las consejerías de Sanidad autonómicas un instrumento para impulsar la financiación de proyectos pre y postdoctorales orientados al fomento de la investigación.
Asimismo, la Junta de Extremadura, a través de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación, ha convocado 30 ayudas para la formación de doctores en los centros públicos de I+D del Sistema Extremeño de Ciencia, Tecnología e Innovación (Secti). En concreto, estas ayudas están dotadas con un importe de 2.460.538 euros y se tramitarán en régimen de concurrencia competitiva.
Juan Morote Sarrión, rector de la Universidad Europea, indica que «atraer nuevos talentos internacionales y fomentar la diversidad desde todas las perspectivas es una manera de generar un entorno especialmente atractivo para profesores e investigadores». Además, distingue entre lo que es una fuga de cerebros fuera de nuestro país por falta de oportunidades y la necesaria exposición internacional que nuestros profesores e investigadores deben tener en el camino hacia la excelencia académica y su especialización. «Lo primero hay que evitarlo; lo segundo hay que fomentarlo, asegurándonos de que después hay oportunidades para el retorno», afirma. Por otro lado, el rector, preguntado sobre por qué tampoco somos capaces de atraer ese talento internacional a nuestras aulas y laboratorios, indica que «el talento internacional busca instituciones con alta reputación, donde haya ya un entorno internacional sin grandes barreras burocráticas. En mi opinión, debemos acometer este asunto cuanto antes para no perder más posiciones. Esto requiere de una voluntad inequívoca de las universidades, pero también del debido apoyo por parte de las instituciones».
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