Los registros de afiliación a la Seguridad Social de julio confirmaron la ralentización de la actividad que venían trasladando los diferentes indicadores de coyuntura en los últimos meses. El balance mensual es de 35.819 afiliados más, por debajo de lo observado en 2017 (56.220). En términos interanuales, el crecimiento se desacelera hasta el 3%, desde el 3,1% anterior. De cara a los próximos meses, el indicador AML Afi-ASEMPLEO apunta a una suave desaceleración, si bien desde tasas aún elevadas.
El paro registrado, por su parte, disminuyó en 27.141 personas frente la reducción de 26.887 personas un año antes. La variación interanual se sitúa en -6%, en línea con el mes anterior. En términos de ocupación, y una vez conocida la EPA del 2T18, el indicador AML AfiASEMPLEO señala una desaceleración del ritmo de crecimiento desde el 2,8% en el 2T hacia tasas en el entorno del 2,5% interanual en el inicio del 3T. A pesar de ello, el buen tono de la creación de empleo en la primera mitad del año, lleva a revisar la previsión para el conjunto del año en una décima hasta el 2,5% anual, lo que podría traducirse en unos 470.000 nuevos ocupados en 2018 (ligeramente por debajo de los 483.000 creados el año anterior).
El número de afiliados se incrementó en 35.819 personas en julio, aunque la tasa interanual cae hasta el 3% por primera vez desde el año 2016. Se corrobora la ralentización de los motores del empleo, sobre todo en comercio y restauración, en línea con la evolución de las ventas minoristas y de las pernoctaciones hoteleras. En conjunto, el comercio y la hostelería dejan de sumar 7.521 afiliados, con respecto a julio de 2017. Tampoco la industria manufacturera es capaz de compensar el enfriamiento en la creación de empleo y la mayor contribución de la construcción resulta insuficiente (aporta 3.612 afiliados menos y 1.232 afiliados más que en julio de 2017, respectivamente).
Sorprende la gran disminución de afiliados en educación (15.875 más que el pasado julio), pese a que los despidos a profesores interinos en verano fuesen anulados por el Tribunal Supremo en junio. Los parados caen en 27.141 personas este mes y mantienen la variación interanual estable en el -6,0%. Por último, crece la contratación (8,2% interanual) y destaca la subida de los indefinidos (25,1% interanual).
Valoración ASEMPLEO
La contratación temporal sigue siendo la palanca de creación de empleo en verano como consecuencia de la estacionalidad a la que está sometida nuestra economía, en especial, durante el periodo estival, con motivo del pico de demanda en las ramas de actividad relacionadas con los sectores relacionados con el turismo, el comercio y la logística.
En este sentido, la temporalidad se manifiesta como necesaria y útil, siempre que responda a una actividad real y por supuesto, cuando se dé con unas condiciones contractuales dignas y acordes a la legislación, que garanticen empleos de calidad y orientados a la estabilidad laboral.
En este sentido, es importante tener presente que los trabajadores que se han reincorporado o accedido por primera vez al empleo a través de uno de estos contratos de duración determinada, han ganado mucho más que estar empleados unos meses.
En primer lugar, esta inserción en el mercado les aporta aptitudes y hábitos que mejoran su empleabilidad, gracias, por un lado, a la formación y por otro, a la experiencia que consiguen durante el desempeño de un empleo… También han aumentado sus posibilidades de mantenerse dentro del mundo laboral, rompiendo con el estado de desempleado que dificulta su acceso a un trabajo… Y además, han ganado confianza en su valía y su futuro profesional.
Cabe aquí señalar que un empleo temporal, cuando es gestionado por agentes profesionales de la intermediación como son las Agencias de Empleo y Empresas de Trabajo Temporal, no tiene nada que ver con la inestabilidad con la que se le relaciona en ocasiones. Como muestra, un 33% de los contratos temporales intermediados por las Empresas de Trabajo Temporal se convirtió en indefinido el pasado año y, como como confirman las estadísticas a nivel europeo, la temporalidad es una herramienta muy eficaz para colocar a los desempleados y en especial, a aquellos que presentan más dificultades para acceder al empleo, otorgando esa flexibilidad que requieren las empresas para aprovechar las puntas de trabajo que se generan, como hemos dicho, en especial en estas fechas.
El mercado sigue teniendo retos por delante y muchos desequilibrios por corregir. El más acuciante para la población ocupada es el de asegurar la calidad del empleo que se crea, y en eso las Agencias de Empleo y Empresas de Trabajo Temporal ofrecen plenas garantías: igualdad salarial, sueldos dignos, condiciones laborales decentes, cumplimiento de lo pactado en los contratos y salvaguarda de la seguridad y salud en el puesto, entre otros.
El nuevo Plan Director por un trabajo digno, que acaba de poner en marcha el Gobierno, va en la buena dirección al atacar los focos del fraude en la contratación, erradicar el empleo no declarado y dificultar la economía sumergida. La mejora de la calidad en el empleo tiene un objetivo de mayor empleabilidad, a través de la formación y de una intermediación eficaz; pero es imprescindible empezar por asegurar el cumplimiento de la Ley, garantizar los derechos de los trabajadores en un mercado de trabajo eficiente, eficaz e inclusivo y la competencia leal entre empresas.
La intensificación de las líneas de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, marcadas en el Plan, son un instrumento ineludible para eliminar las prácticas ilegales del mercado laboral y dotarlo de vías seguras y garantistas de acceso al empleo. Con todo, es importante evitar también una criminalización generalizada de nuestro mercado de trabajo y de la contratación temporal en su conjunto. El Estado y las CCAA tienen herramientas y procedimientos para garantizar este cumplimiento y la necesaria conjunción de legalidad, empleabilidad y flexibilidad.
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