En la actualidad, el conjunto de actividades que integran el sistema agroalimentario español (producción primaria, transformación, transporte y distribución) supone ya una aportación a la economía de nuestro país que supera el 2,7% del Producto Interior Bruto (PIB) y el 16,8% del Valor Agregado Bruto (VAB) de la industria, adquiriendo así un peso cada vez más relevante.
La evolución del sector agroalimentario en los últimos tres años ha sido muy positiva, pues ha crecido un 1,3% interanual debido, fundamentalmente, al aumento del valor en las fases de producción y de la industria alimentaria.
Teniendo en cuenta este crecimiento que ha experimentado el sector en los últimos tiempos, Adecco, líder mundial en RR.HH., a través de su división especializada Adecco Alimentación, ha querido realizar una radiografía del sector y de su impacto en el empleo, así como una previsión de cómo será su evolución en el futuro.
Entre las principales conclusiones que pueden extraerse de dicho análisis destaca la positiva evolución prevista en materia de contratación, pues previsiblemente el empleo en la alimentación crecerá a un ritmo del +1,5% interanual. Entre los diferentes profesionales que demandarán las empresas del sector despuntan los técnicos de mantenimiento y los nutricionistas de la industria alimentaria.
Los cambios en el sector, fundamentalmente tecnológicos y legislativos, han derivado en una mayor necesidad de profesionales cualificados por parte de las empresas. Lo mismo ha ocurrido con los cambios en los hábitos de consumo de los españoles, que han dado lugar a la creación de empresas especializadas en productos biológicos y/o ecológicos que necesitan trabajadores con mayor especialización e, incluso, departamentos de I+D+i para hacer frente a las demandas de los nuevos consumidores.
Esta necesidad creciente de cualificación ha disparado la demanda de personas con titulación en grados de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y de Nutrición Humana y Dietética.
Una breve radiografía del empleo
El empleo en el sector de la alimentación representa ya un 2,1% del empleo total en España, frente al 0,6% del año anterior, lo que supone un incremento de 1,5 puntos porcentuales en tan solo doce meses. Si nos centramos en la industria, el peso del empleo en la alimentación es del 7,9%, 3,5 puntos más que un año atrás.
Teniendo en cuenta estas cifras tan positivas, las previsiones que se manejan desde Adecco Alimentación van en línea con esta tendencia, pues se prevé que se siga generando empleo y que este crezca al ritmo del +1,5% interanual en los próximos cuatro años.
Como ya vimos en el Informe sobre la edad en las ofertas de empleo, el sector alimentario solicita profesionales de 32 años de media, edad que ha descendido interanualmente en 0,4 años. En concreto, el mayor grueso de ofertas de empleo se concentra en los candidatos de entre 26 y 30 años, que conforman el 34,9% del total, y en los de edades comprendidas entre los 21 y los 25 años (30,4%). Al igual que en otros sectores, los mayores de 46 años son los más perjudicados, pues solo un 0,9% de las ofertas se dirige a ellos.
Los perfiles más demandados
Varios son los tipos de profesionales que la industria alimentaria incorpora habitualmente y cuya demanda se incrementará en los próximos años, especialmente en dos posiciones que serán estratégicas:
• Técnico de mantenimiento
El técnico de mantenimiento es la persona encargada de la carga y descarga, del manejo de carretillas, del mantenimiento correctivo y de la maquinaria.
En la actualidad, el técnico de mantenimiento es uno de los perfiles más demandados, como ya adelantamos en el último informe Dónde encontrar empleo si estás en paro. Se trata de un perfil muy deficitario, pues requiere de una mayor formación que otros perfiles del sector. De hecho, para este puesto se solicita una FP1 o Técnico Medio en Electricidad y Electrónica o una FP1 o Técnico Medio en Instalación y Mantenimiento.
También la experiencia es importante para las empresas y estas solicitan a estos candidatos entre 2 y 5 años de media en puestos similares.
La implicación, el compromiso, la responsabilidad, la orientación a resultados, la planificación y la organización son algunas de las habilidades más valoradas del técnico de mantenimiento.
La retribución media para estos profesionales es de entre 24.000 y 28.000 euros brutos anuales.
• Nutricionista en la industria alimentaria
El nutricionista en la industria alimentaria es otro de los perfiles más solicitados. Se trata de un profesional dirigido a la industria de elaboración de alimentos, a laboratorios de control de calidad de los alimentos, a los departamentos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y a la formación en alimentación y nutrición para los empleados de una empresa.
La demanda de estos perfiles, así como, en general, de los profesionales cualificados ha crecido de forma exponencial dentro del sector alimentario. En este caso, la retribución media bruta anual es de entre 21.000 y 42.000 euros dependiendo de la experiencia, funciones y valía del candidato.
Para estos puestos se tiene en cuenta la formación complementaria, especialmente aquella que permita conocer las particularidades del sector. En esta línea, los postgrados y los cursos de especialización son muy útiles, pues ofrecen la posibilidad de ampliar los conocimientos en materia legislativa, de calidad o de seguridad alimentaria.
El impacto de la tecnología en el sector
La industria dedicada a los alimentos ha experimentado importantes cambios en los últimos años, especialmente, cambios a nivel tecnológico. Estas modificaciones han derivado en una mejora sustancial de la calidad alimenticia y una mayor disponibilidad de productos frescos. Sin embargo, esta evolución del sector ha derivado en la exigencia de una mayor formación por parte de los trabajadores, que no solo deben saber desempeñar las funciones tradicionales de su puesto, sino que ahora, en algunos casos, se les exige el conocimiento o manejo de ciertas tecnologías que se han incorporado recientemente.
En este sentido, según Mila Montañana, directora de Adecco Alimentación, “la implementación de nuevas tecnologías en el sector no está suponiendo la eliminación de puestos de trabajo, pero sí que está elevando los requisitos necesarios para acceder a esos empleos. Ahora más que nunca, las empresas buscan profesionales cualificados, capaces de adaptarse a los cambios y con habilidades y conocimientos en nuevas tecnologías”.
Con respecto a la futura robotización del sector, Montañana lo tiene claro. “El sector de la alimentación siempre tendrá un componente humano debido, entre otras cosas, a que existen multitud de labores técnicas que requieren un gran nivel de detalle que sería imposible realizar con máquinas. Otras, en cambio, como las labores de envasado o de almacén ya están siendo robotizadas, por lo que, en estos ámbitos, la demanda de perfiles tecnológicos ya está aumentando”.
Ante esta situación, las empresas están optando por dos vías: la formación del personal que ya forma parte de su plantilla mediante cursos especializados en esas tecnologías con las que vayan a trabajar y la búsqueda de nuevos profesionales que ya cuenten con conocimientos y experiencia en la industria 4.0.
Unido a la transformación digital del sector, las administraciones han llevado a cabo cambios en materia legislativa que también han supuesto una transformación en el sector. Todo ello ha obligado a las empresas a contratar a profesionales que se encarguen del control de todos estos nuevos elementos, lo que ha ocasionado un crecimiento de la demanda de conocimientos en la legislación alimentaria vigente.
Los cambios en los hábitos de consumo ya impactan en el empleo
Los cambios en los hábitos de consumo de los españoles, que cada vez dan mayor importancia al origen nacional o local de los productos, y el aumento en las ventas de productos vegetales, ecológicos y biológicos también están teniendo su impacto en el empleo. De hecho, empiezan a emerger empresas de productos ecológicos que son más exigentes con el personal, ya que sus certificaciones son mayores y requieren una mayor formación, incluso los EPIs requeridos pueden ser diferentes.
En la misma línea, las empresas que ya operan en el mercado de la alimentación están lanzando nuevas líneas de productos enfocados a estos consumidores, lo que está impulsando la creación de empleos y, por consiguiente, la ampliación de plantillas para hacer frente a las nuevas necesidades.
En el sector agrícola, por ejemplo, se está apostando cada vez más por el cultivo ecológico y los nuevos productos, lo que ha impulsado la creación de departamentos de I+D+i para hacer frente a las demandadas de este nuevo consumidor.
Las empresas buscan perfiles cada vez más cualificados
La demanda de profesionales cualificados ha crecido de forma exponencial dentro del sector alimentario, por lo que la solicitud de estudios universitarios se ha disparado. Los grados de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y el de Nutrición Humana y Dietética son los más demandados en la oferta dirigida a profesionales de este sector. El Grado Superior en Dietética y la especialidad de Endocrinología y Nutrición (dentro del Grado en Medicina) también permiten acceder a este sector. Además, en el ámbito de la agroalimentación, la titulación de Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural es también una de las más solicitadas.
El Grado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos está orientado al conocimiento de las propiedades de los alimentos, los principios y las técnicas de producción, la prevención, la publicidad, el marketing y la legislación alimentaria, entre otros.
Por su parte, el Grado en Nutrición, Dietética y Alimentación o Nutrición Humana y Dietética se centra en los procesos por los cuales el cuerpo humano utiliza los nutrientes de los alimentos, por lo que esta titulación se enmarca en ciencias como la bioquímica, la fisiología o la investigación.
El peso que estas titulaciones universitarias está alcanzando en el mercado es tal que, en el último año, hay dos carreras relacionadas con la alimentación que se encuentran entre las más demandadas de la rama de ciencias de la salud. Una de ellas es la de Nutrición, Dietética y Alimentación, que reúne el 6,2% de las ofertas de empleo, lo que la sitúa en sexto lugar en el ranking de titulaciones de esta rama. La otra es Ciencia y Tecnología de los Alimentos, que conforma el 0,2% del total de ofertas, multiplicando por 10 su peso en relación al último año, cuando era apenas del 0,02%.
En la rama de Ingeniería y Arquitectura también aparece una carrera relacionada con la alimentación y es la Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural, que aglutina el 2,5% de las ofertas de empleo que se dirigen a esta rama de conocimiento.
Las titulaciones de FP son otra opción con importantes salidas profesionales dentro del sector. Así, la FP en Industrias Alimentarias se encuentra entre las 14 titulaciones de Técnico Medio y Superior con mayores opciones de empleo. De hecho, el 0,6% de las ofertas que se dirige a titulados de FP hace referencia a esta titulación.
Para trabajar en la industria alimentaria cada vez es más importante contar, además, con formación complementaria que permita conocer las peculiaridades del sector. En este sentido, los postgrados y los cursos de especialización ofrecen la posibilidad al estudiante de ampliar su formación en materia legislativa, de calidad o de seguridad alimentaria.
En el caso de los directivos, destaca el director de alimentos y bebidas, que es el séptimo puesto de trabajo en el que mayor importancia alcanza la formación de postgrados. En concreto, el 27% de las ofertas destinadas a estos perfiles hace referencia a este tipo de estudios. De ellas, el 23% requiere un MBA y el 77% restante requiere otros postgrados.
Además de titulaciones universitarias, de FP, postgrados y especializaciones, las empresas del sector solicitan cada vez más el conocimiento de idiomas. Según el Informe sobre la demanda de idiomas en España, en el último año, el 32,8% de las ofertas han requerido el dominio de al menos una lengua extranjera para trabajar en la alimentación, 0,6 puntos porcentuales más que un año atrás. De estas ofertas, el 85% exige inglés, el 8% francés, el 7% alemán, el 1,1% portugués y el 0,5% italiano.
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