Los jóvenes tienen que enfrentar un mercado laboral contemporáneo complicado y en muchos casos se sienten obligados a aceptar la primera oferta de trabajo, sin sopesar si las condiciones laborales entrañan riesgos para su salud y seguridad, señaló la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Advirtió que esto es un problema, ya que los trabajadores jóvenes padecen lesiones y enfermedades laborales en muchísima mayor medida que sus pares adultos.
Hizo notar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) define como «jóvenes» a las personas en edades comprendidas entre los 15 y los 24 años. Conforme a esta definición, hoy hay 541 millones de trabajadores jóvenes en el mundo, lo que equivale a más del 15% de la población activa mundial.
Indicó que esa cifra comprende a estudiantes que trabajan en su tiempo libre, aprendices, pasantes, jóvenes que han completado o abandonado la enseñanza obligatoria o que trabajan en la empresa familiar; empleadores y trabajadores por cuenta propia. La seguridad y salud en el trabajo es un derecho humano fundamental.
Sin embargo, el elevado índice de lesiones entre las personas jóvenes es particularmente preocupante, pues un accidente puede destruir una vida y las oportunidades profesionales, el potencial de ingresos y el bienestar general de toda una vida.
Se estima, prosiguió, que las prácticas deficientes en materia de salud y seguridad en el trabajo cuestan el 4% del Producto Interno Bruto mundial anual, casi 3 billones de dólares de los Estados Unidos.
Estas estimaciones, precisó, se basan fundamentalmente en el costo económico para las empresas y los gobiernos; sin embargo, cuando un trabajador joven se lesiona se pierden años de productividad, además de la inversión en educación y formación.
El sector de la construcción atrae a un alto número de trabajadores jóvenes en las regiones en desarrollo del mundo y tiene uno de los índices más elevados de lesiones y enfermedades profesionales, alertó.
Ello, continuó, se debe a la naturaleza peligrosa del trabajo, pero también a la falta de capacitación laboral de gran número de trabajadores sin experiencia, estacionales y migrantes.
Asimismo, la agricultura está entre los sectores más peligrosos para los trabajadores de todas las edades, debido a la naturaleza del trabajo y a la frecuente falta de formación laboral para el alto número de trabajadores poco calificados, estacionales y migrantes que intervienen.
Resaltó que muchos trabajadores jóvenes pasan directamente de la enseñanza al empleo en la industria manufacturera. Este grupo representa casi el 10% del total de trabajadores de las manufacturas en África, y el 20% en Europa Oriental y Asía Occidental y Central, añadió la OIT.
En muchos países desarrollados, sostuvo, es el sector con la mayor proporción de accidentes laborales entre trabajadores jóvenes.
Lograr la seguridad de la generación actual de trabajadores jóvenes, aseguró, es también invertir en la seguridad de las generaciones futuras, y una inversión a todas luces conveniente para las empresas y la sociedad en su conjunto.
Para resolver este problema consideró, que se requiere hacer participar a las personas jóvenes; contar con más y mejores datos; legislación y regulación; colaboración tripartita; integración en la enseñanza, así como difusión y sensibilización.
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