Los subsidios por desempleo no desincentivan la búsqueda de trabajo, salvo en el caso de determinadas prestaciones de larga duración o cuando se encadenan prestaciones que dan lugar a periodos de paro prolongado, según un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid.
En dicho estudio se sostiene que la cuantía y la generosidad de las prestaciones no es lo que más desalienta el retorno a la vida laboral y apunta en su lugar a la duración de los subsidios y las prestaciones. «De existir desincentivo, éste se relaciona más con la duración que con la cuantía», subraya.
El profesor Daniel Pérez del Prado de la Carlos III de Madrid asegura que, a la hora de analizar si las prestaciones y subsidios desaniman a buscar empleo, debe tenerse en cuenta que existen efectos distintos según se disfrute de una prestación contributiva o de una asistencial.
La cuantía y duración de las prestaciones contributivas dependen de la carrera de cotización del trabajador antes de entrar en el desempleo, mientras que las asistenciales, es decir, los subsidios, están vinculados con la carencia de rentas, su cuantía y duración viene determinada por ley y suelen ser más exiguos que las prestaciones contributivas.
De acuerdo con este estudio, los subsidios por desempleo sólo producen efectos negativos en la búsqueda de empleo cuando son demasiado largos o se encadenan. El problema, más que en la cuantía, reside, por tanto, en la duración, situación que, según este informe, podría corregirse mediante la aplicación de medidas adecuadas en el ámbito de las políticas activas de empleo y reformando el nivel asistencial de protección.
En este sentido, el profesor Pérez del Prado indica que, aunque el gasto en desempleo ha aumentado «notablemente» a medida que se disparaban las cifras de paro, el sistema no presenta un problema de déficit estructural.
Mientras que la intensidad de la protección por desempleo es intermedia en el nivel contributivo, es baja en el asistencial en relación a otros países europeos. «Es por el nivel contributivo por donde nos estamos desangrando y por donde podemos mejorar exponencialmente la capacidad de protección del sistema», defiende este profesor.
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