El presidente de la Asociación de Empresas de Empleo (Asempleo), Andreu Cruañas, ha señalado este viernes que la subida del 4% del Salario Mínimo en 2018 puede suponer un «punto de inflexión» en la calidad del empleo y supondrá un «impulso» para la economía española, ya que tendrá un impacto positivo en la demanda interna y la recaudación.
Así lo ha señalado Cruañas en un audio en el que valora la subida del Salario Mínimo en 2018 y el compromiso de que alcance los 12.000 euros anuales en 2020, en el que destaca que supone una «triple buena noticia» porque mejora los ingresos de las rentas más bajas, se atienden las reclamaciones de instancias internacionales y por la capacidad de consenso de los agentes sociales, que puede presagiar «nuevos y muy importantes» acuerdos en 2018.
Cruañas ha indicado que la «esperada» recuperación de los niveles precrisis del PIB, la mejora de productividad del tejido empresarial y el buen ritmo de creación de empleo justifican el alza en las rentas salariales más bajas, que «va a suponer impulso a la economía española en muchos aspectos».
En concreto, ha resaltado que tendrá un impacto «positivo» directo en el consumo, porque los ciudadanos tendrán una mayor renta disponible, lo que impulsará la demanda interna, al tiempo que contribuirá a lograr una mayor recaudación, dado que aumentarán los ingresos por impuestos directos e indirectos y por cotizaciones a la Seguridad Social.
En esta línea, ha valorado que la subida del SMI (SMI.CH)vaya a suponer la mejora del bienestar de más de medio millón de trabajadores, lo que en su opinión trasciende más allá del hecho de que vayan a disponer de mayor liquidez, al incidir también directamente «en su motivación e inclusión en el mercado de trabajo».
El presidente de la patronal de empresas de empleo cree que el incremento del SMI puede suponer un «punto de inflexión» en la calidad del empleo y que medidas de este tipo ayudarán a la «asignatura pendiente» del mercado laboral, para recuperar el número de empleos perdidos en la crisis.
Así, espera que el reto no sea sólo crear los 450.000 empleos que condicionan la subida constante del SMI, sino procurar que esos puestos de trabajo sean «de calidad», algo que determina el salario, entre otros factores.
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