El pasado mes de septiembre volvió a cerrar con un aumento en el número de desempleados, al igual que agosto. El motivo, en parte, es la incorporación al mercado laboral de muchos estudiantes que han terminado en septiembre sus estudios y se dan de alta en las listas de los servicios públicos de empleo mientras buscan su primer trabajo. De hecho, 16.384 personas han pasado a formar parte de la categoría «parados sin empleo anterior», según cifras del SEPE.
Estos millennials e, incluso, primeros integrantes de la Generación Z (nacidos entre 1994 y 2010) se encuentran un mercado laboral dominado por los baby boomers (nacidos en los años 40-60) y la Generación X (años 60-80). Pero eso no es todo. El mercado está cambiando por la incorporación de las nuevas tecnologías y las empresas demandan a sus trabajadores cada vez más competencias. Para comprender mejor la situación, IMF Business School ha analizado cuáles son las particularidades del mercado laboral que se encuentran aquellos que acaban de lanzarse a la búsqueda de su primer trabajo:
Un mercado marcado por la falta de confianza. Aunque hace unos meses la Comisión Europea daba por finalizada la crisis después de diez años, parece que no ha sido suficiente para que los españoles recuperen la confianza en su empleo. Exactamente, 4 de cada 10 empleados temen perder su puesto de trabajo en los próximos seis meses, lo que sitúa a los españoles a la cola del indicador de confianza elaborado por Randstad.
Además, este miedo es mayor entre los menores de 25 años, la mitad teme quedarse en paro próximamente.
Nativos digitales en empresas analógicas. La transformación digital ha dado un giro de 360º a cualquier ámbito de la sociedad. Según datos publicados por la revista Forbes sobre las 10 tendencias laborales más importantes a nivel global, el 83% de las personas busca empleo a través del móvil y el 45% de los candidatos presenta su currículo mediante este dispositivo.
Sin embargo, las reticencias que ponen las empresas al cambio son algo habitual pese a las indudables urgencias. La digitalización aún es una asignatura pendiente en nuestro país. De acuerdo con el primer Índice de Madurez Digital de las Empresas en España, elaborado por Inesdi, Íncipy y la consultora española nPeople, las organizaciones suspenden en transformación digital con una nota media de 3,7 sobre 10. Miles de nativos digitales se lanzan a un mercado que se está transformando lentamente.
Relación distante entre formación universitaria y empleo. Las cifras hablan por sí solas. La tasa de desempleo en España de los estudiantes universitarios se sitúa en un 11,6% casi el doble que la media europea (6,3%), según el Ministerio de Educación.
Los estudiantes terminan sus estudios y se dan cuenta de que necesitan seguir formándose para poder acceder al mercado laboral. Según datos de Adecco e Infoempleo, el 38% de las empresas que requieren titulados universitarios valoran positivamente los estudios de postgrado. Además, éstos consiguen salarios más elevados que aquellos que tienen una preparación inferior, hasta un 54% más.
En la actualidad, realizar un máster se ha convertido en un factor diferenciador. Además, supone un plus en el currículo, profundiza en conocimientos, amplía la red de contactos y sirve para especializarse en un área concreta e, incluso, en áreas que las universidades aún no ofrecen.
Para Carlos Martínez, presidente de IMF Business School, “las escuelas de negocios se han convertido en el nexo de unión entre las empresas y sus futuros empleados No nos cabe la menor duda que la especialización es la principal entrada al mercado laboral para aquellos jóvenes que buscan su primer empleo”.
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