Los cambios siempre provocan reticencias, especialmente si son susceptibles de modificar los procesos y estructuras establecidas y afectar de algún modo al mercado laboral. En general todas las novedades tecnológicas son cuestionadas para analizar sus posibles efectos. La Inteligencia Artificial, la automatización, la robótica… todas ellas han provocado ríos de tinta sobre su impacto en el sector laboral, y el coche autónomo no podía ser menos.
Recientemente saltaba a los titulares de medios de todo el mundo la noticia de que el ministro de transportes indio, Nitin Gadkari, ha negado rotundamente la futura introducción del coche autónomo en su país, alegando que «en un país donde hay paro no se pueden permitir este tipo de tecnologías que quitan el trabajo a la gente».
Un mes antes era la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) la que levantaba las alertas al recomendar a los gobiernos que se preparen ante la llegada del camión autónomo, ya que puede provocar la pérdida de empleo de 4,4 millones de conductores profesionales en Europa y Estados Unidos hasta 2030, según un informe del Foro Internacional del Transporte (ITF). Sin embargo, el informe también puntualiza que aproximadamente la mitad de los puestos desaparecerán por las pocas expectativas de la profesión y por la jubilación de los actuales conductores, que no serán sustituidos.
Pero, si el coche autónomo parece ser tan amenazante, ¿por qué todas las compañías automovilísticas están invirtiendo tiempo y recursos en desarrollarlos? En primer lugar, tal y como afirma Paulin Dementhon, fundador y CEO de la plataforma de movilidad Drivy, “el vehículo, en su uso tradicional, es un activo poco eficaz: fabricarlo es contaminante, adquirirlo resulta caro, y solo se utiliza, de media, un 5% del tiempo que se dispone de él. Así, no es de extrañar que cada vez aparezcan más propuestas disruptivas para una mejor optimización de este recurso y que apuestan, por ejemplo, por compartir trayecto o coche. Por razones lógicas, económicas y ecológicas, estamos pasando progresivamente de la propiedad de los vehículos a, simplemente, el uso de los mismos” y para ello es necesario el desarrollo del coche autónomo, que pueda recoger y trasladar a los viajeros a golpe de click.
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