El 15 de mayo es el Día Internacional de la Familia, una buena ocasión para reconocer el trabajo de todas aquellas familias que son a la vez familias y empresarias, mezclando en su día a día la gestión del negocio con la gestión de las relaciones personales y familiares.
Según datos del Instituto de la Empresa Familiar, en España hay 1,1 millones de Empresas Familiares, que representan el 89% del total de empresas del país. Las Empresas Familiares en España ocupan a 6,58 millones de personas, lo que significa que suponen el 67% del empleo privado, y generan el 57% del Producto Interior Bruto.
Desde Family Business Solutions hacen hincapié en la relevancia de estas cifras, que convierten a la empresa familiar en el principal motor de emprendeduría, creación de empleo y generación de beneficios en España.
Trabajar en Empresas Familiares suele ser una mayor garantía de trabajo y de futuro cuando existe visión compartida de negocio entre los miembros de las familias accionistas, debido a que en este tipo de empresas se centran menos en los resultados a corto plazo.
No obstante, mezclar familia y empresa conlleva algunas dificultades añadidas relacionades con el papel fundamental que tienen las emociones en las Empresas Familiares. Las desavenencias familiares, la falta de visión compartida, no haber planeado a tiempo y correctamente el relevo generacional, las diferencias de intereses de los accionistas, rivalidades o una mala comunicación son algunos de los principales problemas que pueden surgir en la gestión de la Empresa Familiar.
Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions apunta a que estas son algunas de las razones por las que solo un 70% de las empresas familiares sobreviven a la transición de primera a segunda generación (30 de cada 100 empresas), según los datos aproximados del Instituto de la Empresa Familiar Y, de estas, solo un 50% (15 de cada 30 empresas) consigue pasar de la segunda a la tercera generación de la familia.
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