Expertos en el mercado de trabajo español han liderado la creación del Foro para el Futuro del Empleo, que nace con el objetivo de realizar análisis transversales de nuestro mercado de trabajo y sus ineficiencias para desarrollar propuestas innovadoras que creen, a largo plazo, un nuevo modelo de relaciones laborales que elimine la tendencia del desempleo estructural en España.
El Foro, que está compuesto por reconocidos economistas, directivos de empresas, juristas y sociólogos, se focalizará en la realización de estudios relacionados con la globalización, el progreso tecnológico y las relaciones laborales, la demografía y la mercantilización, que concluyan en propuestas concretas para adaptar el marco laboral español a la nueva realidad social y económica.
Dentro de las actividades programadas por el Foro para el Futuro del Empleo se han desarrollado varias ponencias encaminadas a analizar y determinar las tendencias e impacto del desarrollo tecnológico en el empleo. De hecho, la primera ponencia, impartida por Clara Barrabés, Directora de Agile Organization, Talento y Cultura BBVA, ha versado sobre la nueva realidad del mercado de trabajo, marcada por la digitalización y la robotización, lo que implica la remodelización de las estructuras y cultura empresarial, y la gestión del talento.
La segunda ponencia ha corrido a cargo de Jesús Mercader, miembro del Consejo de Sagardoy Abogados, quien ha profundizado en cómo el proceso de cambio que supone la transformación digital, el desarrollo de plataformas profesionales de economía a la carta (on-demand) y la economía colaborativa, necesita un nuevo marco regulatorio. El actual está obsoleto y alejado de las nuevas necesidades que se están produciendo, lo que frena el crecimiento y la inversión. De hecho, se están dando nuevas formas de empleo que no hallan cabida en la legislación y cuyo efecto sobre el mercado laboral está siendo pernicioso. Por ejemplo, la necesaria adaptación normativa de la definición ‘real’ de la figura del trabajador autónomo dependiente, pues la actual no da respuesta a las múltiples variables de los nuevos modelos de trabajo.
Para Jesús Mercader adaptar el marco laboral y la Seguridad Social es imperativo y, aunque es una tarea compleja, el legislador español puede acudir y apoyarse en las propuestas normativas que ya se están implantando en otros países.
La tercera ponencia ha sido impartida por Juan Francisco Jimeno, del Banco de España, y ha discurrido sobre cómo el progreso tecnológico afecta a la composición del trabajo, pero no al nivel de empleo, siempre y cuando, los mercados laborales sean flexibles y se adapten con facilidad a los cambios. Para Jimeno existen dos posturas ante el proceso tecnológico: la pesimista, que predice que dicho proceso no incrementará la productividad, y la optimista, que defiende que la tecnología incrementará la productividad y que incluso cambiará el modelo de vida actual al sustituir trabajadores por tecnología. Ante este último supuesto, se pueden barajar tres alternativas: 1) el neoludismo, es decir, evitar el proceso de sustitución vetando ciertos avances tecnológicos; 2) la redistribución de la riqueza, ya que los robots trabajarán por nosotros y 3) la distribución de la propiedad de los robots entre la población.
La cuarta ponencia ha sido impartida por Alejandro Neut, economista principal BBVA Research, que ha tratado sobre el impacto de la digitalización y ha incidido en la posibilidad de acercarnos a una ruptura radical donde la tecnología termine sustituyendo a la mano de obra.
Para Alejandro Neut, la robotización es un hecho imparable que tiene incidencia directa en el mercado laboral, sobre todo, remplazando habilidades rutinarias. Existe evidencia que durante las últimas tres décadas dicha sustitución de mano de obra ha podido contribuir a una mayor desigualdad en países desarrollados. Respecto a la inteligencia artificial, su acelerado avance provocará que en un futuro cercano reemplace habilidades y funciones profesionales en sectores en los que hasta hace poco era inimaginable. Ante este doble reto, es esencial potenciar una innovación equilibrada que complemente la innovación en robótica e inteligencia artificial con innovación orientada a crear nuevas oportunidades laborales. En particular, es fundamental el ‘gradualismo’, para así facilitar la identificación y desarrollo de nuevas habilidades y para también favorecer la búsqueda de sinergias entre las nuevas tecnologías y a la fuerza laboral existente.
En el debate posterior se ha advertido además del efecto inverso que puede crear el acelerado proceso tecnológico: la humanización de los robots, la posibilidad de que se conviertan en un centro de tributación (impuestos) e imputación (responsabilidad civil), pues ya se está hablando de persona física, persona jurídica y persona electrónica.
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