Los trabajadores europeos parecen dispuestos a adoptar la economía de los trabajos independientes (gig economy) conforme a un estudio realizado por ADP (Automatic Data Processing), proveedor global líder en soluciones de Gestión del Capital Humano (HCM). El estudio ha sido realizado a casi 10. 000 trabajadores en toda Europa abarcando todos los sectores industriales, y analiza cómo perciben el futuro laboral los trabajadores de toda Europa.
Auge de la «gig economy»
El autoempleo y el trabajo por cuenta propia son opciones de carreras profesionales cada vez más populares en toda Europa, debido a que las nuevas tecnologías y unas prácticas de trabajo más flexibles ofrecen a las personas la libertad de elegir un modo de vida diferente. El estudio muestra cómo se sienten en cuanto al futuro del trabajo, la competitividad internacional y la gestión del talento. Ni más ni menos que un 68 % de los trabajadores está interesado en o se plantearía trabajar como autónomo.
El concepto de “empleo de por vida” continúa en declive, ya que solamente una cuarta parte de los trabajadores piensan que permanecerán con su empresa actual hasta el final de su vida laboral. Un descenso de cinco puntos porcentuales desde el año pasado. Mientras tanto, el 13% esperan dejar su empresa actual dentro de un año, exactamente el mismo porcentaje que el año pasado. Quizás no sea tan sorprendente que los trabajadores más jóvenes esperen permanecer en su puesto de trabajo menos tiempo, con más de una cuarta parte (26%) de los de 16 y 24 años de edad diciendo que tienen pensado dejar el empleo en menos de un año, junto con el 16% de los de 25 y 34 años. En cambio, en los grupos de mayor edad solo el 10% de los encuestados comparten este punto de vista.
Equilibrio entre la vida profesional y personal
Hay muchos factores que influyen en el número cada vez mayor de trabajos independientes. Un 28 % de los trabajadores manifiesta que mantener un equilibrio entre la vida profesional y personal es el factor que más les motiva en el trabajo. De hecho, un 22 % de los trabajadores querría tener flexibilidad total en cuanto a su horario de trabajo. Esta cifra aumenta con la edad: a partir de los 55 años, un 32 % desea poder elegir por completo sus horas de trabajo en comparación con solo un 17 % de los que tienen entre 16 y 24 años. Esto sugeriría que si la gente siente que puede conseguir un equilibrio mayor entre su vida profesional y personal al trabajar como autónoma, puede verse incentivada para realizar el cambio.
De hecho, aquellos que ya trabajan como autónomos registran un nivel mayor de satisfacción laboral (el 75 % está satisfecho frente al 70 % de media). El 39 % de los trabajadores autónomos dice que su principal aliciente es poder trabajar donde y cuando ellos quieran además de contar con un buen equilibrio entre la vida profesional y personal (30 %).
Frustraciones tecnológicas
Actualmente, la mayoría de las profesiones requieren el uso de algún tipo de tecnología. Pero como el lugar de trabajo evoluciona de forma rápida y constante, incluso el más leve problema informático puede tener un gran impacto y causar estrés innecesario tanto a los empleados como a los clientes. De hecho, la tecnología lenta es la mayor frustración informática para el 30% de empleados en toda Europa, mientras que más de un 22% dice que una conexión a Internet lenta es un problema. El Reino Unido tiene el mayor problema de tecnología lenta, donde el 37% de los empleados identifican esto como una frustración. En cambio, solo una cuarta parte (26%) de los empleados de Francia y Suiza expresan esta opinión. La lentitud de Internet es más probable que sea un problema en Italia (26%), mientras que de nuevo Suiza registra el mejor resultado (19%).
Un número significativo de trabajadores también se muestran irritados por la tecnología obsoleta (23%), un porcentaje que aumenta entre los hombres (26%) y los 16 a 34 años (26%). También es más probable que sea un problema en Polonia (33%), donde los empleados dicen que es aún más frustrante que la tecnología lenta, mientras que los trabajadores de Suiza son menos susceptibles de tener problemas con los sistemas obsoletos (17%). Aunque el correo electrónico es todavía el método más utilizado de comunicación empresarial, los empleados lo consideran como la tercera mayor frustración tecnológica. Uno de cada seis dicen que reciben demasiados correos electrónicos, llegando a casi uno de cada cinco (19%) tanto en los Países Bajos como en Suiza. Los empleados en el sector de la informática y las telecomunicaciones son los más propensos a recibir cantidades excesivas de correos electrónicos, y el 22% de ellos dicen que éste es un problema.
Hora de modernizarse
Una gran proporción de los empleados desean un trabajo más flexible y apremian a las empresas a invertir en tecnología para conseguirlo. Uno de cada tres considera que su empresa debería invertir en portátiles (32%), elevándose al 39% entre los trabajadores polacos, mientras que uno de cada cinco (21%) desea que su empresa invierta en smartphones y tabletas (21%). También se observa una notable necesidad de más equipos y conocimientos especializados, ya que más de una cuarta parte (27%) de los encuestados afirman que su empresa debería invertir en software especializado. Este porcentaje aumenta considerablemente entre los empleados polacos (41%), y los que trabajan en los sectores de arquitectura, ingeniería y construcción (31%), o en informática y telecomunicaciones (30%). Desde el punto de vista de los conocimientos, más de una quinta parte de los trabajadores afirma que les gustaría recibir una formación de IT de nivel avanzado (23%), alcanzando el 29% en Polonia, mientras que más de un 20% dicen necesitar ayuda con las nuevas tecnologías y los dispositivos, elevándose al 24% en Italia.
Según Jordi Aspa, director general de ADP Iberia, Polonia y Suiza, “aunque la economía de los trabajos independientes conlleva muchos beneficios tanto para empleadores como para trabajadores tales como un elenco variado y accesible de talentos y un mayor control de las horas laborales, también puede ser una experiencia desafiante. Los empleadores podrían perder a empleados con una experiencia valiosa, mientras que los trabajadores podrían no lograr conseguir el control que ansiaban debido al temor a rechazar trabajos y que, por ello, no les den nuevas oportunidades. Los empleadores deberían asegurarse de ofrecer buenas oportunidades de desarrollo profesional para que los empleados no se vean forzados a irse y aquellos que se planteen adoptar el modelo de la economía de los trabajos independientes deberían pensarlo dos veces antes de emprender como autónomos y tener en cuenta el hecho de que existen menos beneficios asociados a este tipo de trabajo”.
Conclusión
The Workforce View in Europe 2017 muestra una Europa de suertes dispares, con altibajos de positividad entre países, industrias y demografía. Y aunque es alentador saber que la mayoría de los empleados de Europa son optimistas y están comprometidos, es importante no pasar por alto los focos de descontento y las áreas de mejora, que es donde debe centrar su atención RRHH. Una gestión del capital humano eficaz es un difícil acto de equilibrio, con numerosos factores que influyen en las necesidades, los comportamientos y las actitudes de los trabajadores.
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