La suave subida del precio de la vivienda está provocando que aumente el número de años de salario que se requiere para comprar una casa. Esto demuestra que la vivienda sube más rápido que los sueldos. Según datos del Banco de España, en el tercer trimestre de 2016 se necesitaban 6,7 años de salario bruto anual para adquirir una vivienda. Por su parte, la cantidad de dinero destinada a pagar la hipoteca supuso el 33,5%, niveles estables en el último año.
El pasado mes de febrero el precio de la vivienda usada subió un ligero 0,7%, hasta los 1.497 euros/m2, según datos de idealista. Se trata de un cambio de tendencia al alza experimentada en los últimos trimestres que no va acompañada de una subida salarial. De hecho, en 2016 el promedio salarial nacional bajó un 0,3% interanual, hasta los 1.635 euros brutos mensuales, según datos de la consultora Adecco.
Con estos mimbres, el esfuerzo que tiene que hacer una familia para comprar una casa sigue sin bajar. Una de las variables más utilizadas para saber si la vivienda es accesible es el cálculo del precio sobre la renta bruta disponible para un hogar. El último dato disponible del Banco de España arroja que a cierre de septiembre de 2016 se necesitaban 6,7 años de salario para adquirir una vivienda, el mismo esfuerzo que los dos primeros trimestres del pasado año. Se trata del nivel más alto desde 2012, uno de los años más duros de la crisis inmobiliaria.
Pese a haber aumentado ligeramente el esfuerzo financiero, el servicio de estudios de CaixaBank en un informe mensual señala que los niveles de seis años de salario anual se consideran una zona de equilibrio. Sin embargo, el consenso de algunos expertos apuntan a los 4-4,5 años de salario bruto anual como una zona de equilibrio, típica en los años 80 y 90 y que se dejó de ver en el 2002.
Hay dos formas de medir el equilibrio de los precios:
1) Una es la ya vista: la relación entre el precio de la casa y la renta disponible del hogar, medida en número de años. A nivel mundial se ve con buenos ojos un ratio razonable entre esas dos variables de 3,8 años o 4 años de salario destinados a la compra de una vivienda.
2) Otra es teniendo en cuenta qué porcentaje de renta se destina mes a mes al pago de la hipoteca. Algunas voces del sector, como la ex ministra de vivienda, Beatriz Corredor, alertan de que nadie debería haber destinado más del 30% de sus ingresos a pagar la hipoteca. De hecho, se considera que un resultado por encima del 40% indica que el precio de la vivienda es elevado, mientras que por debajo del 30% es accesible.
Según los datos del Banco de España, que beben del Colegio de Registradores, a cierre de septiembre de 2016 la cantidad de dinero destinado a la hipoteca se situó en el 33,5% de la renta anual, niveles que no han variado en el último año, y que están dentro del rango considerado saludable por la banca. Esta cifra queda lejos del 60,3% que llegó a suponer en el tercer trimestre de 2008.
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