BBVA Research cree que la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) en un 8% para 2017, desvinculada de la evolución de la productividad, tendrá un impacto negativo, pero moderado, sobre la actividad económica y el empleo.
Ahora bien, el servicio de estudios de la entidad advierte de que si esta subida del SMI se traslada al resto de salarios sin que medie un incremento proporcional de la productividad las consecuencias podrían ser más relevantes.
En principio, BBVA Research calcula que la subida del SMI en un 8%, hasta los 707,6 euros mensuales, restará, a largo plazo, una décima al PIB y entre una y dos décimas al nivel de empleo.
No obstante, si este incremento se transmite al resto de los salarios sin subidas proporcionales de la productividad, el impacto sería mucho mayor. Así, el servicio de estudios del banco estima que el empleo podría retroceder hasta un 2% y el PIB hasta un 1,4% a largo plazo si la revalorización afectara parcialmente a los salarios que superan hasta dos veces el salario mínimo de 2016 (655,2 euros mensuales).
«El impacto del incremento del 8% del SMI sobre el empleo y el PIB será moderado (…) Tendría efectos imperceptibles a corto plazo. A largo plazo, una subida del salario mínimo desvinculada de la evolución de la productividad causaría un descenso de una décima del PIB y de hasta dos décimas del nivel de ocupación. Sin embargo, las consecuencias serían más severas si la subida del SMI se transmite al resto de la distribución de salarios. En tal caso, el nivel de empleo en el largo plazo podría ser hasta un 2% menor que en el escenario base, y el de PIB, -1,4%», indica el informe.
El servicio de estudios de la entidad destaca en este estudio que la subida del SMI aplicada este año beneficiará «significativamente» a los colectivos tradicionalmente peor remunerados: mujeres, jóvenes, extranjeros, trabajadores poco cualificados, contratados a tiempo parcial, temporales, y empleados de menor antigüedad.
El SMI es más habitual en las empresas del sector servicios, en las de menor tamaño, en las no exportadoras y en aquellas donde las relaciones laborales no se regulan por un convenio colectivo. En opinión de BBVA Research, las peculiaridades de la empresa y, sobre todo, la forma de regulación de las relaciones laborales son más relevantes para explicar la incidencia del SMI en España que las características del trabajador.
Para mitigar las «repercusiones negativas» del incremento del salario mínimo, el servicio de estudios del banco cree que sería deseable que éste se vea acompañado de mejoras en la eficiencia de las políticas activas de empleo.
«Serían bienvenidas las estrategias de activación tendentes a potenciar la empleabilidad de los colectivos que pueden verse afectados por la subida salarial, en particular, aquellos cuya cualificación dificulta alcanzar una productividad acorde al nuevo umbral», sostiene.
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