Las empresas del siglo XXI buscan trabajadores «multitarea», que sean capaces de adaptarse a distintos entornos y a diferentes puestos de trabajo dentro de una misma empresa, a lo que deben sumar la capacidad de «reinventarse» en sus cometidos y funciones laborales.
«El mercado demanda que nos actualicemos y que seamos capaces de reinventarnos en nuestros lugares de trabajo», ha explicado Ana Isabel Martín Alcázar, quien lidera el Proyecto de Orientación Laboral en Universidades y Escuelas de Negocio «Employment Club», que trata de acercar la realidad laboral al colectivo universitario.
Martín Alcázar ha clausurado el primer ciclo del programa de clase abierta sobre empleabilidad de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), en donde se ha referido a «Las competencias más valoradas por las empresas del siglo XXI».
«Las compañías buscan gente capaz de adaptarse a los cambios y de colaborar en equipos multidisciplinares, comprometida con el proyecto, que demuestre entusiasmo y pasión por lo que hace», ha dicho esta experta en orientación laboral.
Ha incidido en que las empresas tienen en cuenta, además de los conocimientos técnicos del candidato a contratar, «el valor que pueda aportar a la compañía, como sus actitudes y competencias».
Se ha referido a algunas de las competencias profesionales más valoradas de cara al año 2020, según el Foro Económico Mundial de Davos, como son la capacidad para resolver problemas complejos, el pensamiento crítico, la creatividad, la negociación, la flexibilidad y adaptación para cambiar de una tarea a otra.
A ellas ha sumado las relacionadas con la dirección de personas, que incluye la motivación y el liderazgo; la colaboración y el trabajo en equipos multidisciplinares, la capacidad para valorar y tomar decisiones y la inteligencia emocional, que está vinculada a la empatía, la positividad y la asertividad.
Las competencias evolucionan a lo largo de la vida académica y profesional de las personas, por lo que, para ella, es «importante que se procure involucrar al sistema educativo desde los niveles preuniversitarios en este enriquecimiento de las competencias».
Ha subrayado que es «una labor que hay que hacer todavía y que queda mucho por avanzar para intentar unir el sistema educativo con las empresas», según Martín Alcázar.
También ha defendido la importancia de tener en cuenta qué busca el mercado laboral, donde, en la actualidad, las profesiones más demandas están relacionadas con el «big data» o macrodatos, las nuevas tecnologías, la informática y las telecomunicaciones, entre otras.
«Si sabemos que el mercado tiende a ir por ahí, es importante que en nuestro perfil curricular tengamos la posibilidad de adaptarnos y la capacidad de aprendizaje en nuestro saber estar y futuro laboral», ha apostillado.
También ha abogado por la capacidad de adaptación en el puesto de trabajo, tanto por parte de los perfiles sénior asentados, que corresponden a los trabajadores con varios años en la empresa; como de los júnior, que son aquellos que se incorporan al mercado laboral y que suelen llegar con «mucha fuerza» a las compañías.
Es importante que ambos perfiles sean capaces de adaptarse y de «reinvertarse», según Martín Alcázar, lo que, además, afectará a las profesiones «tradicionales», dado que, por ejemplo, «siempre habrá abogados, pero necesitarán especializarse y amoldarse a las nuevas demandas del mercado y de la sociedad».
Los comentarios están cerrados.