Una de cada cinco personas desempleadas en la Unión Europea (UE) durante el primer trimestre de 2016, un total de 3,9 millones de personas, encontró trabajo en el segundo cuarto del año, según datos de la oficina estadística europea Eurostat.
En concreto un 19,5 % de los parados se incorporó al mercado laboral comunitario entre abril y julio, mientras que el 63,2 %, 12,6 millones de personas, siguió desempleado.
El resto, un 17,3 % (3,5 millones de personas) pasaron a la inactividad económica, una categoría en la que se incluye a quien no está ocupado, no está disponible para trabajar y tampoco busca empleo, como estudiantes, pensionistas o amos de casa.
En España, un 18,4 % de quienes estaban parados en el primer trimestre encontraron empleo en el segundo, lo que representa una tasa ligeramente inferior a la media comunitaria.
La mejoría española en este trimestre es de las menos notables entre los países de la Unión, pero si se compara con la evolución en el mismo periodo de los años precedentes, el flujo de transición hacia el empleo ha crecido de forma continuada desde 2013.
Por otro lado, entre quienes tenían trabajo en los Veintiocho, casi la totalidad, un 97,3 % (170,8 millones de personas) permanecieron empleados, mientras que un 1,2 % (2 millones de personas) pasaron a engrosar las listas del paro y un 1,6 %(2,7 millones) pasó a ser inactivo económicamente.
Además, entre las personas que en el primer trimestre estaban en esta categoría de inactividad, el 93,3 % (106,1 millones de personas) siguió inactivo, en tanto que el 6,7 % se incorporó al mercado de trabajo en el segundo trimestre.
De estos, un 3,1 % (3,6 millones de personas) encontró un trabajo y un 3,6 % (4,1 millones) se inscribió como desempleado.
Las estadísticas de flujos de trabajo trimestrales publicadas por Eurostat permiten profundizar en el análisis sobre el grado de flexibilidad o rigidez del mercado de trabajo de los países, en particular, gracias a la combinación de los datos sobre las tasas de paro nacionales y la cota de personas que pasan a estar ocupadas.
En este sentido, los datos muestran que España, junto con Grecia e Italia, tienen tasas de paro relativamente altas pero también cotas elevadas de transición hacia el empleo.
Por el contrario, Chipre, Croacia y Portugal, que también registran importantes niveles de desempleo, tienen un bajo nivel de incorporación hacia al mercado laboral.
En el otro extremo, entre los países que tienen bajos niveles de desempleo, Rumanía, Bulgaria e Irlanda registran también cotas débiles de transición al empleo; en tanto que en Dinamarca, Estonia y Suecia los niveles de incorporación al mundo laboral son elevados.
Los flujos del mercado de trabajo muestran los movimientos de los individuos entre el empleo, desempleo y población inactiva, precisó Eurostat.
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